Toda persona, cuando va a trabajar, espera llevarse bien con sus compañeros de trabajo. Espera congeniar con su jefe y aprender a trabajar con él para que la empresa, y su puesto de trabajo, tengan una larga relación laboral. Pero no espera una situación de mobbing en el trabajo.

Cuando alguien sufre acoso laboral, también conocido como mobbing, ir a trabajar cada día se convierte en un infierno. Y, por este motivo, hoy queremos acercarte este problema laboral que puedes vivir (o tener a alguien a tu alrededor que está pasando por él).

El acoso o mobbing laboral en el trabajo

El acoso laboral es conocido por su nombre en inglés, “mobbing”. Esta proviene del término “mob” que, entre sus muchas acepciones, es la “acción de una multitud para agolparse en torno a algo o a alguien, con el objetivo de atacarlo a asediarlo”.

Según el profesor Heinz Leymann, el mobbing se puede calificar como la actitud que una persona, o un grupo de ellas, ejercen de manera violenta hacia otra persona. Pero, para ello, es necesario que se de de forma sistemática, recurrente y en un determinado tiempo (Nota Técnica Preventiva 476 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo).

Un concepto más sencillo de entender es el de ver el acoso laboral, mobbing o también llamado acoso moral en el trabajo, como la situación por la que pasa un trabajador que se enfrenta día a día a acciones violentas psicológicas por parte de otra persona en el lugar de trabajo.

La Unión Europea habla del mobbing como “un comportamiento negativo entre compañeros, superiores, inferiores, etc. que someten a una persona a acoso y ataques, ya sean de manera directa o indirecta, durante mucho tiempo”.

Según todo lo anterior, puedes ver que hay tres características importantes en el acoso laboral o mobbing:

  • Duración del acoso. Un acoso no es una situación que se presenta una sola vez. Se necesita que se dé en el tiempo para ser considerada como tal.
  • Repetición del mismo. Es preciso que ese acoso sea repetitivo. Igual que el tiempo, no puede considerarse acoso a una actuación que no se vuelve a repetir hasta pasado un tiempo.
  • La víctima tiene una posición de inferioridad. En este caso, la víctima siempre va a sentirse inferior a la otra persona, aunque cuando su puesto de trabajo sea de categoría superior.

¿Cómo demostrar el acoso laboral?

Si estás sufriendo acoso laboral en tu trabajo, o conoces a alguien que lo sufra, has de saber que hay maneras de demostrarlo y acusar a esa persona. Aquí te vamos a hablar de lo que tienes que hacer para demostrar el acoso laboral o mobbing.

Para demostrar que se vive una situación de acoso, son necesarias una serie de pruebas que puedan corroborar la denuncia. Por supuesto, algo muy importante es que esas pruebas no pueden conseguirse de forma ilegal porque no tienen ninguna validez y no servirán de nada.

Según la Ley de Enjuiciamiento Civil, los medios de prueba que son válidos para conseguir pruebas son:

El interrogatorio de las partes, es decir, una entrevista personal tanto de la víctima como del acusado.
Los documentos privados. En este caso pueden ser correos electrónicos, mensajes de texto, fotografías, grabaciones de audio y/o vídeo etc. Para que realmente sean válidas es necesario que la propia víctima salga o esté presente en esa conversación.

Testimonios de testigos. Ya sean compañeros de trabajo, otros superiores, directivos, etc.

Todas estas pruebas han de ser conseguidas por los métodos legales para que sean válidas y puedan presentarse a la hora de iniciar una denuncia oficial del acoso, que tendrá lugar a través de la Inspección de Trabajo. Esta elaborará una investigación y levantará acta para realizar un informe final donde se valorará el acoso laboral. En caso de que haya indicios, en el documento se reflejará y podrá servir de prueba para una denuncia.

En caso de que no se quiera acudir a la Inspección de Trabajo, se puede presentar una denuncia, siempre y cuando se tenga pruebas, por vía judicial, que sería el último paso a dar (siempre se recomienda poner en conocimiento a la empresa de la situación para que tome cartas en el asunto y/o acudir a la Inspección de Trabajo antes).

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Síntomas del acoso

Cuando una persona sufre un acoso laboral, tiene consecuencias en su cuerpo y en su mente. Teniendo en cuenta que el acoso moral, o mobbing, se caracteriza por ser duradero en el tiempo, es normalmente considerar que la situación por la que pasa la víctima provoca malestar físico y psicológico.

De hecho, hay muchos síntomas por los que puede pasar: dolores en el cuerpo, sobre todo en la espalda debido a las tensiones que sufre en el ámbito laboral; problemas para concentrarse, lo que repercute negativamente en su trabajo; apatía y falta de iniciativa ya que considera que nada de lo que hace sirve; problemas para dormir, desde el insomnio hasta el despertar pronto, sin haber descansado debido a pesadillas o pensamientos negativos; irritabilidad y agresividad, en los casos en que la situación es insostenible y necesita soltar toda la frustración que tiene dentro (pagándolo con otras personas); etc.

En realidad, los síntomas pasan por un cambio de actitud de la persona que sufre acoso laboral. No quiere ir al trabajo, cada vez le pesa más; tiene ganas de llorar y de gritar al mismo tiempo; los problemas no le abandonan, haciendo que estos repercutan en su salud: dolores de cabeza, falta de apetito, problemas de estómago, etc.

Todos estos síntomas del acoso laboral prácticamente se eliminan en el momento en que se frena esa situación y la víctima puede llevar a cabo una relación laboral “normal”. Eso sí, en la mayoría de los casos suele ser después de que esta haya pedido una baja voluntaria y pasado un tiempo antes de buscar un nuevo trabajo (en caso de que no se haya denunciado).

Tipos y formas de mobbing

Ahora que conoces el concepto de acoso laboral, que sabes lo que dice de acoso laboral el código penal, es hora de conocer cuáles son los tipos de acoso laboral en el trabajo.

En Internet podrás ver muchas clasificaciones diferentes, pero en muchas de ellas introducen como acoso laboral el sexual y otras situaciones que, realmente, no entrarían dentro de lo que sería el acoso moral, o mobbing, que es el que nos ocupa en este momento.

Así, los tipos de mobbing son:

Mobbing vertical descendente

Este acoso laboral se da cuando un superior se sobrepasa con un trabajador inferior. Esto provoca que la persona se sienta más aislada. Es conocido también por su otro término, “bossing” ya que implica, por un lado, a un jefe, y, por otro, a un subordinado.

En este caso hay varios supuestos:

  • Acoso perverso. Es realmente un acoso cuyo objetivo es echar a ese trabajador o destruirlo psicológicamente.
  • Acoso estratégico. Con él se busca que la otra persona acabe dimitiendo voluntariamente de la empresa.
  • Acoso institucional. Se trata de un tipo de acoso donde hay un conjunto que es el que realiza la acción negativa.

Mobbing horizontal

El acoso laboral horizontal se produce entre compañeros de trabajo. Es uno de los más frecuentes y suele tener algunas causas como celos, envidias, miedos, etc. de una persona hacia otra.

Este tipo de acoso suele aparecer cuando un trabajador ve peligrar su puesto de trabajo (o piensa que el otro sobresale demasiado) y decide acosarlo para minarlo psicológicamente. O bien para evitar que pueda conseguir algo que esa persona quiere.

Mobbing mixto

El acoso mixto es en realidad una combinación de ambas situaciones anteriores. Un ejemplo de este tipo de situación sería la de echar la culpa siempre al mismo.

Cuando esto lo hace el superior, todos los compañeros de trabajo toman la misma actitud, convirtiéndose en la persona a quien culpar de que algo salga mal, y por ende ninguneándole y haciéndolo responsable de cualquier cosa.

Mobbing ascendente

Finalmente, el acoso ascendente, que no suele ser demasiado habitual, pero existe, es el que ocurre cuando una persona, o un grupo de ellas, trabajadores inferiores, se alían para acosar al superior, bien porque no lo quieren, porque no le respetan, o por otros motivos.

Todas estas situaciones son totalmente negativas y lo único que generan son malas relaciones y mal ambiente en la empresa, no solo para los implicados en el acoso, sino para todos los trabajadores que tienen conocimiento de la situación (hagan o no algo al respecto).

Código penal

El Diccionario del español jurídico de la RAE da dos definiciones para el acoso laboral. Por un lado, dice que es una acción que busca producir miedo, malestar o terror en una o varias personas en el lugar de trabajo, afectando con ello a la dignidad de los trabajadores y al derecho a la intimidad; por otro lado, y en este caso a nivel penal, se dice que es una situación llevada a cabo en una relación laboral que constituye delito siempre que se realice con prevalimiento de una relación de superioridad (artículo 173.1 del Código Penal).

De hecho, si nos centramos en buscar apuntes en la ley sobre el acoso laboral, los primeros artículos que debemos mencionar son el artículo 4.2.d, que se refiere al derecho a la integridad física de los trabajadores; y al artículo 4.2.e, sobre respeto a la intimidad y dignidad del trabajador; ambos del Estatuto de los Trabajadores.

Antiguamente, la legislación española no tenía una definición legal del acoso moral o mobbing, y han tenido que ser los distintos tribunales de justicia los que fueran definiendo poco a poco la situación por la que pasaban algunos trabajadores. Sin embargo, es cierto que resulta extraño que el propio Código Penal no recogiera el acoso laboral, encajando este en el artículo 173, como “actos hostiles o humillantes en una relación laboral o funcionarial”.

En este sentido, son las sentencias de algunos tribunales las que han sentado jurisprudencia en cuanto al tema. Un ejemplo lo tenemos en la Audiencia Provincial de Madrid donde se llegó a conceptualizar las distintas conductas que serían acoso laboral en el trabajo.

Actualmente la redacción del artículo 173 del Código Penal ofrece una visión más clara de lo que sería el acoso moral o mobbing, pero también cabe la propia interpretación de los jueces. Lo que sí está claro es que para que se produzca, es necesario que sea duradero, reiterado y que la víctima estén en situación de inferioridad (aun cuando sea un superior).

CONSEJO DE ASESORIAS.COM

“Informarse sobre el acoso laboral y los derechos del trabajador, provoca que cada vez más personas confiesen que sufren situaciones de mobbing.”

Casos y ejemplos de acoso laboral

A continuación vamos a darte algunos ejemplos de lo que SÍ sería considerado acoso laboral o mobbing. De esta manera, podrás identificar este tipo de situaciones en tu entorno laboral y, en caso de que lo presencies o lo sufras, puedas actuar para pararlo.

Situación 1: Una persona sufre constantemente en su puesto de trabajo de una sobrecarga de trabajo que viene dada por su superior, sin ningún motivo aparente; es decir, que no hay un incremento en la empresa por el que se justifique ese trabajo extra.

El objetivo en este caso es el de saturar al trabajador, y lo hace dándole más trabajo del que puede ocuparse y exigiendo plazos que son prácticamente imposibles de cumplir, con lo que finalmente falla y tiene que aguantar malas caras, broncas, etc.

Cuando el aumento de trabajo se hace de manera puntual, no sería un acoso laboral; sería un conflicto laboral sin más, pero cuando esa sobrecarga no tiene ningún motivo más que el agobiar al trabajador, sí que se puede considerar como tal.

Situación 2: Un trabajador que sufre aislamiento por parte de sus compañeros de trabajo también podría considerarse un acoso laboral si esto perdura en el tiempo.

Imagina el caso de una persona a la que sus compañeros no hablan, no ayudan y además, cuando hay que echar las culpas a alguien, siempre se las lleva esa persona, aun cuando no sea su culpa. Pero como el resto de compañeros se apoyan entre sí, día a día va mermando su ánimo y se vuelve apático y sin ganas de trabajar o sobresalir por miedo a las represalias de otros trabajadores.

Situación 3: Otra situación de acoso laboral puede ser el aislamiento, por parte del superior, ya sea de los compañeros de trabajo o de sus funciones. En este caso, el trabajador estaría solo, con su jefe, con el objetivo de minar la autoestima del mismo y poder controlarle al mismo tiempo.