Mucha gente piensa que freelance y autónomo se refiere a lo mismo. Ambos términos se suelen utilizar indistintamente para referirse a trabajadores que desarrollan una actividad económica por cuenta propia. Pero, hay diferencias entre ambos, no son dos términos sinónimos. Lo ampliamos en este artículo.
Freelance vs autónomo: Principales diferencias
Se define a freelance y autónomos como aquellos profesionales que prestan sus servicios a terceros sin que exista un contrato laboral de por medio. Es decir, ambos realizan un trabajo por cuenta propia, pero existen ciertos matices entre ambos.
El freelance realiza trabajos remunerados de forma autónoma para particulares o empresas, sí, pero no tiene por qué ser autónomo. Estos trabajos pueden consistir en colaboraciones esporádicas de duración determinada, e incluso que se pueden compatibilizar con un trabajo por cuenta ajena o con algún tipo de prestación o subsidio.
Por su parte, un autónomo es aquel profesional que realiza una actividad económica por cuenta propia de forma habitual y continuada. Esta actividad supone el 100% de sus ingresos.
Es decir, una de las principales diferencias entre freelance y autónomo es que este último es una figura jurídica, mientras que el freelance no lo es. Un freelance puede ser autónomo, pero no tiene por qué serlo.
Además, el autónomo debe desarrollar esa actividad de forma continuada en el tiempo, y debe suponer el 100% de su sustento, no pudiendo combinarlo con otro tipo de rendimientos del trabajo. De nuevo, el freelance también puede operar de esta misma manera, pero no está obligado a hacerlo.
Las diferencias entre freelance vs autónomo se hacen patentes también a la hora de las obligaciones tributarias. El autónomo debe estar dado de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). De nuevo, el freelance puede darse de alta, pero no tiene por qué hacerlo si no se cumplen ciertos requisitos (que veremos a continuación).
Freelance o autónomo ¿Cómo te defines?
Un freelance no tiene por qué darse de alta como autónomo desde que empieza a ofrecer sus servicios. Puede estar trabajando por cuenta ajena o cobrando un subsidio o prestación, y combinar estos ingresos con el desarrollo de algún proyecto esporádico.
Por ejemplo, imagina que estás trabajando como asalariado en una empresa de diseño gráfico, y compaginas esos ingresos con charlas y ponencias esporádicas por cuenta propia. Esta segunda actividad la estarías ejerciendo como freelance.
En el momento en que esta actividad complementaria se convierta en tu principal fuente de ingresos, entonces SÍ deberías darte de alta de autónomo y empezar a cotizar en la Seguridad Social (y hacer las declaraciones de IVA y liquidaciones de IRPF en Hacienda).
Ahora, imagina que trabajas de autónomo como repartidor, taxista, fontanero o electricista. Esa será tu actividad profesional de forma exclusiva, la ejercerás de forma continuada y será tu principal fuente de sustento y mantenimiento. Entonces, eres un autónomo. Para ejercer de esta manera debes cumplir con todas las obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social desde el principio.
Por tanto, ser freelance o autónomo depende de si la actividad realizada es la fuente de ingresos exclusiva. Para un freelance no tiene por qué serlo (aunque puede). Para un autónomo, sí.
Definición de freelance ¿Qué es? ¿Un emprendedor?
Más que un emprendedor, la figura del freelance está más relacionada con la de un colaborador.
Son profesionales que realizan colaboraciones por cuenta propia con otros particulares o empresas. Deben darse de alta en Hacienda y en el epígrafe IAE correspondiente para poder emitir facturas por estos servicios.
Sin embargo, no es imprescindible que estén dados de alta en el RETA ni que paguen sus cuotas a la Seguridad Social. Solo será necesario en caso de que sus ingresos por estas actividades superen el indicador mínimo del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples).
¿Quiere decir esto que un freelance no puede ser un autónomo o no puede emprender? NO. De hecho, hay muchos profesionales que realizan colaboraciones de forma continuada y terminan convirtiéndose en su fuente principal de ingresos: fotógrafos, periodistas, redactores web, diseñadores gráficos, profesionales de social media, consultores, etc.
Es decir, existe cierta relación entre freelance/outsourcing. Básicamente, la mayoría de estos profesionales obtienen sus clientes de empresas que necesitan externalizar algún tipo de servicio. Por ejemplo, una compañía de seguros que contrata a un diseñador web externo para que le haga la página web.
Recientemente también ha surgido otra figura relacionada con los freelance y es la de los coworkers, esto es profesionales independientes que trabajan en un mismo espacio para pagar menos, poner en marcha proyectos conjuntos y conseguir clientes comunes.
¿Y qué es trabajar como autónomo?
En cambio, trabajar como autónomo significa que el profesional realiza una misma actividad de forma continuada, y que responde de forma ilimitada ante las ganancias o pérdidas que dicha actividad genere.
Es imprescindible estar dado de alta en el Censo de autónomos, profesionales o empresarios de Hacienda y en el RETA. Es una figura jurídica en la que entran repartidores, dueños de establecimientos de hostelería, fontaneros, carpinteros, repartidores y transportistas, electricistas y un largo etcétera de profesionales que trabajan por su cuenta.
¿Se puede ser freelance sin ser autónomo?
Visto lo visto, queda clara una cosa. Los términos freelance y autónomo no son ni sinónimos ni excluyentes. Pero resumamos los casos en los que se puede ejercer como freelance sin ser autónomo, y en los que no.
- Un freelance NO tiene por qué ser autónomo, si su actividad por cuenta propia no es continuada ni supone su vía de ingresos principal, o si la compagina con un trabajo como asalariado.
- En cambio, un freelance SÍ será un autónomo en caso de que esa actividad por cuenta propia sea su actividad habitual.
Por tanto, dicho de una forma coloquial, un freelance es un colaborador por cuenta propia. Pero no tiene por qué estar dado de alta como autónomo a no ser que se den las condiciones que ya hemos citado.
Datos sobre los freelancers en España
¿Cuál es la situación del autónomo freelance en España? Recientemente el Foro Europeo de Profesionales Independientes o EPIF realizó un estudio en el que se revelaron algunas cifras de interés.
Según dicho estudio, el número de freelances en España en la actualidad es de 700.000, un 40% más que en el año 2012.
La edad media de estos profesionales es de 38 años. El 56% son hombres, mientras que el 44% restante son mujeres.
Respecto a las razones principales que esgrimen para trabajar de forma independiente está la conciliación de la vida laboral y familiar (72%) y la posibilidad de elegir los clientes con los que colaboran y la carga de trabajo (46%).
¿Estás pensando en trabajar de freelance?
Dada la inestabilidad que reina en el mercado laboral español en la última década, cada vez más gente se decide a trabajar por cuenta propia, sin necesidad de depender de una empresa.
En ocasiones, es una opción interesante para aquellas personas que quieren desarrollar una carrera profesional independiente, sin estar atados a las normas de superiores o directivos.
Si este es tu caso, hay ciertas claves que debes tener en cuenta.
Aspectos y habilidades empresariales que debes dominar para poder trabajar como freelance en España
Hay que tener en cuenta que el freelance es un profesional independiente. Si además de freelance eres autónomo, tu actividad va a suponer toda tu fuente de ingresos. Por tanto, a no ser que sea una actividad complementaria, tiene sus riesgos. Estarás solo ante el peligro.
Ten en cuenta que tú serás quien desarrolle tu actividad de forma independiente. Pero también serás el encargado de buscar clientes, llevar la contabilidad o asegurarte de cumplir con las obligaciones tributarias. Por ello, es importante que conozcas la importancia de desarrollar una serie de habilidades.
Habilidades comerciales
Como profesional independiente, tú mismo será quien busque los clientes. No solo has de ser bueno en tu trabajo. También debes estar al tanto de los lugares donde las empresas buscan talento (por ejemplo, en LinkedIn) y, sobre todo, saber venderte.
De comunicación
La mayoría de veces los freelance trabajan a distancia. Esto complica tener una comunicación directa con los clientes reales y potenciales. Por tanto, las habilidades de comunicación son esenciales, sobre todo en el mundo globalizado actual en el que internet y las redes sociales tienen tanta importancia.
Negociación y gestión de clientes
Otro punto a tener en cuenta es que tendrás que ser tú mismo quien ha de negociar los precios de tus servicios. Asimismo, también que tendrás que gestionar tus clientes y la carga de trabajo. Muchos profesionales quieren un trabajo freelance para poder trabajar desde casa y conciliar la vida laboral y familiar, pero terminan haciendo más horas al día que si trabajasen en la oficina.
Fundamentos Contabilidad
A no ser que seas un economista freelance, probablemente no tengas muchas nociones de finanzas. Pues prepárate a aprender, porque deberás administrar tus ingresos y gastos de forma eficiente. Como freelance, tú eres tu propia empresa.
La fiscalidad española
No te olvides de cumplir con las obligaciones fiscales. Si ejerces de forma esporádica o realizas actividades freelance complementarias, solo deberás darte de alta en Hacienda para poder emitir facturas.
En cambio, si eres autónomo freelance, también debes estar dado de alta en la Seguridad Social y pagar la cuota de autónomos. Y recuerda hacer las declaraciones trimestrales de IVA, las liquidaciones de IRPF o la declaración de la Renta.
Productividad
Hay gente que piensa que trabajar como freelance desde casa es muy cómodo y que tiene numerosas ventajas. Puede ser. Pero no olvides que, para ingresar dinero, hay que trabajar. Es decir, debes ser productivo. No tendrás un sueldo fijo, sino que tus ingresos dependerán de lo que seas capaz de generar con tu trabajo.
En resumen
En definitiva, aunque se utilicen de forma indistinta, freelance y autónomo NO son sinónimos. Pueden serlo en caso de que se cumplan ciertas condiciones, pero en principio hay matices que los diferencian.
Ser autónomo se considera una figura jurídica, un profesional que se gana la vida trabajando por cuenta propia.
Un freelance no es ninguna figura jurídica. Puede llegar a serlo, siempre y cuando se gane la vida con sus trabajos como colaborador, en cuyo caso será un autónomo y deberá responder ante Hacienda y la Seguridad Social.
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