¿Qué es un transportista autónomo? ¿Qué requisitos son necesarios para dedicarse al transporte de mercancías por vía terrestre? ¿Cuál es son las obligaciones fiscales a las que tiene que hacer frente? Te respondemos estas y otras cuestiones para que sepas si merece la pena dedicarse al transporte como autónomo en 2020.

El transportista autónomo

El transportista autónomo es aquel que se dedica de forma profesional y por cuenta propia al transporte de mercancías por carretera.

El término transportista se suele utilizar como sinónimo de camionero, chófer, conductor u otros. Sin embargo, cuando hablamos de transportista, lo hacemos de una persona que tiene una capacitación profesional para el transporte de mercancías. Al ser autónomo, ejerce su actividad por cuenta propia.

En cambio, un camionero sería el profesional que maneja un camión, lo cual no es obligatorio para ser transportista (puede conducir una furgoneta, por ejemplo). Por su parte, el término chófer hace referencia al conductor encargado de vehículos de transporte de pasajeros. Si hablamos del concepto conductor, puede referirse a cualquier particular que maneje un vehículo, sin necesidad de ejercer como profesional del transporte.

El trabajo de transportista autónomo está regulado por el Reglamento de Ordenación de Transportes Terrestres (ROTT), que en su última actualización ha incluido importantes novedades, como la obligación para el capacitado (ahora gestor de transporte) tenga una relación laboral a jornada completa con al empresa.

Este nuevo reglamento otorga a los transportistas autónomos de un plazo para adecuarse a esta nueva figura de gestor del transporte.

Requisitos para ser transportista autónomo

Para ser transportista autónomo hay que cumplir una serie de requisitos:

  • Estar en posesión del permiso de conducir correspondiente. Los más habituales para poder ejercer como transportista son:
    • C1: autoriza a conducir vehículos con una masa autorizada de más de 3.500 Kg, pero no superior a 7.500 Kg.
    • C: permite conducir vehículos cuya masa máxima autorizada sea superior a 3.500 Kg, sin el límite de peso que establece el carnet anterior.
    • C1+E: da acceso a los vehículos permitidos en el C1, que además incorporen un remolque. El conjunto no puede superar una masa autorizada de 12.000 Kg.
    • C+E: da derecho a conducir los vehículos del permiso C, sin limitación alguna en la masa máxima autorizada del conjunto.
  • Obtener el Certificado de Aptitud Profesional o CAP. Es obligatorio para cualquier transportista que quiera dedicarse al transporte de mercancías o pasajeros en la Unión Europea.
  • Tener el Título de competencia profesional para el transporte. Este certificado es otorgado por las Comunidades Autónomas y es necesario realizar el resto de trámites administrativos para establecerse como transportista.
  • Acreditar honorabilidad. Esto significa que el transportista no puede haber sido condenado por infracciones graves relativas al ámbito laboral, legal o mercantil. Asimismo, el Índice de Reiteración Infractora o IRI determinará si el conductor adopta las prácticas y medidas necesarias para el respeto de la Seguridad Vial.
  • Contar con un capital mínimo de 9.000 euros en el caso del primer vehículo, y de 5.000 para los sucesivos.

Una vez que cumplas todos estos requisitos, puedes empezar los trámites para darte de alta como transportista autónomo.

¿Cómo hacerse transportista autónomo?

En este punto vemos los pasos para hacerse transportista autónomo. ¿Cuáles son?

  • Inscribirse en Hacienda en el modelo 036 o 037 y en el epígrafe correspondiente del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
  • Darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en la Seguridad Social, a través del formulario TA. 5021. Para ello necesitarás tu DNI o NIE y tu tarjeta de afiliación a la S. Social (si nunca has trabajado antes tendrás que solicitarla).
  • Obtener la tarjeta de transportes correspondiente. En el caso de transporte de mercancías hay 3 tipos: MDP, MDL Y MPC. En el siguiente epígrafe profundizamos más sobre cada una de ellas.

Estos son los requisitos y trámites básicos para empezar a trabajar como transportista por cuenta propia. Si quieres saber más, también puedes consultar nuestro artículo sobre cómo darse de alta como autónomo.

¿Qué es la tarjeta de transportista autónomo?

La tarjeta de transportista autónomo es una autorización que habilita a un profesional para dedicarse al transporte de mercancías o pasajeros.

En esta tarjeta se especifica el número de licencia, así como los datos del transportista (nombre, domicilio y todos aquellos datos indicados en la Dirección General de Transportes por Carretera).

La tarjeta de transporte será válida para un solo vehículo. Es decir, deberá existir una copia distinta para cada vehículo autorizado. En ellas se incluirán también los datos relativos al vehículo, por ejemplo su matrícula u otros datos que se especifiquen en la Dirección General de Transportes por Carretera.

Existen diferentes tarjetas para el transporte de mercancías por carretera:

Servicios públicos:

  • MDL: transporte ligero, hasta 3.500 Kg de carga útil.
  • MDP: transporte pesado, a partir de 3.500 Kg de carga útil.

Servicios privados:

  • MPC: Transporte privado complementario, para vehículos con más de 3.500 Kg de masa máxima autorizada.

Existen muchas otras tarjetas de transporte, como la VD, VTC o VPC, pero en este caso autorizan para el transporte de viajeros por carretera.

Obligaciones fiscales del transportista autónomo

Los transportistas autónomos deben facturar por su trabajo y declarar su ingresos en la Agencia Tributaria. Pero, ¿cómo deben hacerlo? ¿Cuáles son las opciones disponibles?

¿Módulos o estimación directa?

A la hora de pagar el IRPF, un transportista por cuenta propia puede elegir entre la estimación por módulos (objetiva) y la estimación directa (normal o simplificada).

En caso de escoger la estimación objetiva, deberá acogerse al régimen simplificado de IVA. Por contra, si elige la estimación directa, pagará el IVA según el régimen general.

En caso de optar por la estimación directa, será necesario pagar un 20% inicial sobre los ingresos, lo que obliga a un importante desembolso inicial.

Sin embargo, la estimación objetiva permite modular esta carga tributaria, de forma que no se hace el desembolso de una vez.

En este sentido, es importante lo que dice la Orden HFP/1159/2017, de 28 de noviembre,  que establece un límite de facturación para que un transportista pueda facturar por uno u otro régimen.

Según dicha normativa, desde 2018 para poder acogerse al régimen de estimación por módulos es necesario facturar menos de 75.000 euros al año (antes el límite estaba en 125.000).

Sueldo

El sueldo de un transportista autónomo depende de diversos factores. Hay que tener en cuenta que, al trabajar por cuenta propia, será el propio profesional el encargado de correr con los gastos de mantenimiento, gestión, carburante o personal.

Por otro lado, el suelo también depende de los trayectos realizados. No es lo mismo un transportista que se dedique a entregas a nivel local, que a otros que haga viajes internacionales.

Un reciente estudio de Adecco Logística y Transporte señala que el 59% de los transportistas ganan un salario superior a los 21.000 euros anuales.

Si atendemos a otras fuentes, como Forotransportistas, el sueldo medio se sitúa en unos 1.850 euros mensuales.

Por su parte, el portal Indeed hace una media con los salarios declarados por los propios conductores, resultando en una media de 2.047 euros mensuales. Puedes consultar los sueldos por empresas en este enlace.

Gastos

Como autónomo, el transportista por cuenta propia ha de hacer frente a numerosos gastos. El primero y más evidente es el propio vehículo. Además, deberá contar aparte con un capital de 9.000 euros para este primer vehículo y 5.000 para los siguientes.

Por otro lado, también tiene que correr con los gastos de la gestión del alta, permisos, tarjetas de transporte, y el resto de autorizaciones.

También tiene que tener un local donde ejercer la actividad y, en caso de tener varios vehículos, unas instalaciones donde guardarlos.

Tanto si realiza las labores de gestión y “oficina” en un local como en su casa, deberá contar con equipo informático (ordenador) y también será recomendable estar dado de alta en Bolsas de carga (de pago) para conseguir clientes.

Por supuesto, el transportista autónomo debe pagar de su bolsillo cualquier reparación o tarea de mantenimiento que se realice sobre los vehículos.

A todo ello hay que sumar el gasto en repostajes para los viajes. Hay soluciones que permiten ahorrar en combustible, como el Ticket Gasolina.

Cobros

Los transportistas autónomos puede cobrar por viaje, por Km. o según la carga transportada.

Como autónomos, es necesario enviar facturas a los clientes y cumplir luego con las obligaciones tributarias.

Cabe destacar que es un sector que cuenta con una importante tasa de morosidad y que los clientes suelen tardar una media de 80 días en efectuar los pagos.

Los métodos que los clientes utilizan con más frecuencia para hacer los pagos son la transferencia bancaria y el confirming, A mucha distancia estarían los pagaré y los cheques.

Hay empresas que han puesto en marcha aplicaciones que permiten a los transportistas autónomos conseguir más clientes y asegurarse el cobro de sus viajes. Estas Bolsas de cargas gestionar ellos mismos los cobros con los clientes, asegurando que el transportista cobre al final de cada mes. Algunas de ellas son Wtransnet y Ontruck.

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