¿Qué es un asesor tributario o fiscal y qué hace?

Su principal función es asegurar que el cliente cumple con la ley tributaria española y optimizar su carga impositiva. En base a esto, los servicios de una asesoría tributaria se podrían resumir en los siguientes:

• Planificación y asesoría fiscal.
• Presentación de declaraciones de IVA, IRPF o Impuesto de Sociedades.
• Asesoramiento al cliente para optimizar la carga tributaria.
• Asistencia en las relaciones del usuario/empresa con Hacienda.
• Analizar el marco jurídico tributario para ofrecer soluciones a casos específicos.

• Informar sobre novedades en la ley, oportunidades en ayudas tributarias, etc.
• Ayudar con la tributación internacional y derechos aduaneros
• Ídem con la tributación local y la normativa de cada Comunidad Autónoma.

La legislación del sistema tributario español es amplia. El asesor tributario debe poseer un amplio conocimiento de la misma para ofrecer servicios de asesoramiento fiscal.

Además de ser un experto en tributación, el asesor fiscal debe tener conocimientos de derecho y economía para poder asistir a sus clientes. Y no hay que olvidar que hoy en día muchas gestiones con Hacienda se realizan vía online, por lo que debe ser un profesional adaptado a la era digital.

Sin embargo, y por extraño que parezca, no se necesita ningún título para ejercer de asesor fiscal. Cualquiera puede montar una asesoría si así lo desea. Sin embargo, aunque no es obligatorio, resulta evidente que es deseable tener formación universitaria, por ejemplo:

• Titulación en Administración y Dirección de Empresas
• Economía
• Derecho

También es recomendable tener estudios de postgrado específicos:

• Máster en Asesoría Tributaria o Fiscal
• Postgrado en Derecho Fiscal
• Máster en Hacienda Pública

Poseer una formación y estudios relacionados con tributación y fiscalidad siempre supondrá un plus. Un factor decisivo para la reputación de un asesor y la confianza de sus clientes.

Aunque por norma general no es necesario tener titulación para ejercer como asesor, hay casos en los que SÍ es obligatorio. Por ejemplo cuando un asesor tributario quiere presentar modelos o declaraciones de terceros ante Hacienda. Es decir, cuando quiere convertirse en colaborador social.

Para ejercer como gestor fiscal y presentar tributos en nombre de sus clientes, los asesores tributarios deben estar adscritos a un Colegio Profesional. Además, deben solicitar el documento individualizado de adhesión como colaboradores sociales.

El primer lugar al que acudir para saber cuánto cobra un asesor fiscal es el Convenio Colectivo para Despachos de Técnicos Tributarios y Asesores Fiscales. En 2018 se aprobó un aumento del 1,5% del sueldo, estableciéndose el mínimo en 10.642,87 euros y el máximo en 21.164,87 (dependiendo de la titulación o experiencia).

Este convenio no es impedimento para que cada asesoría o cada profesional pueda establecer sus propios precios. En general, las tarifas de una asesoría se suelen cobrar por varios métodos:

• Tarifa fija mensual por paquete de servicios (asesoramiento, gestión tributaria, etc).
• Tarifa unitaria por servicios específicos (presentación de liquidaciones, modelos, cuentas, Impuesto de Sociedades, etc).
• Precio por hora (tarifa en función de las horas trabajadas.

Por otra parte, en fuentes como la web Tusalario.es también se puede consultar el sueldo de los asesores tributarios. En este portal se refleja, basándose en los datos introducidos por los propios profesionales, que el sueldo medio de un asesor fiscal con 5 años de experiencia es de 2.427 euros mensuales.

En una sentencia reciente se ha establecido la responsabilidad objetiva de varias asesorías fiscales a las que se condena a indemnizar al cliente por la multa que éste tuvo que pagar a la Agencia Tributaria. Y eso sin que exista una prueba subjetiva de que las asesorías incurrieron en negligencia.

El cliente alega que contrató a esas asesorías para presentar unos impuestos y para que le realizaran un asesoramiento fiscal pero solo quedó probado que el contrato fue para presentar los impuestos únicamente.

El Tribunal ha considerado que la presentación de los impuestos lleva implícita también una labor de asesoramiento. Y en el caso en cuestión considera que esas asesorías no realizaron correctamente su función al presentar los impuestos según las indicaciones dadas por su cliente.

Con esta sentencia se atribuyen ciertos riesgos a la profesión de asesor fiscal. Estos profesionales, trabajen por cuenta propia o ajena, pueden responder en aquellos casos en los que sus clientes sean objeto de inspección y sancionados por la Administración tributaria.

Puede ser que algún cliente no lleve una correcta contabilidad, tenga intención de defraudar a la Agencia Tributaria, no entregue toda la documentación necesaria para presentar los impuestos o la entregue fuera de plazo. En esos caso el responsable debería ser el propio clientes pero, a la vista de esta jurisprudencia, también puede exigírsele responsabilidad a su asesor fiscal.

Los Asesores fiscales, además de realizar su trabajo de forma diligente, debe asegurar sus intereses frente a esos clientes informándoles de las consecuencias de presentar documentación errónea o incompleta. Y en algunos casos, podrían negarse a elaborar y presentar impuestos para clientes que puedan demandarles por mala práctica.

Si los asesores confían excesivamente en sus clientes y hacen lo que estos les piden sin verificar adecuadamente la información facilitada o no les informan adecuadamente sobre los riesgos existentes en caso de presentar información falsa o incompleta, acabarán siendo sancionados como responsables subsidiarios de esa ilegalidad cometida por sus clientes.

El Asesor fiscal podría responder con su propio patrimonio aunque tengan un seguro de responsabilidad civil ya que muchas de las pólizas tienen un límite máximo de cobertura y el exceso debe abonarlo el asesor. Otras pólizas lo que establecen es una franquicia mínima que debe asumir el asesor.