El Gobierno ya ha fijado un calendario y los protocolos que deberán seguirse en los diferentes sectores de actividad para llevar a cabo el plan de desescalada en esta nueva etapa de la lucha contra la pandemia de Covid-19.
Tras el Consejo de Ministros del pasado martes, 28 de abril, ha llegado el Plan para la Transición hacia una nueva normalidad, la hoja de ruta que seguiremos para llevar a cabo la desescalada de las medidas de contención tomadas para frenar el avance de los contagios por coronavirus.
Ya sabemos que la desescalada será asimétrica en lo que a territorios se refiere, pero, además, también lo será en cuanto a los sectores de actividad y no todos los negocios podrán abrir en las mismas condiciones en cada fase del plan.
El Plan de desescalada consta de 4 fases, por las que se irá avanzando de forma asimétrica hasta alcanzar la nueva normalidad previsiblemente en junio
La hoja de ruta publicada por el Gobierno tiene cuatro fases, cuya fase 0 comenzará a partir del próximo 4 de mayo (salvo para las islas de Formentera, La Gomera, El Hierro y la Graciosa, que por su bajo o nulo nivel de contagios, empiezan desde la fase 1), la fase 1 comenzará el 11 de mayo y las fases 2 y 3 se activarían tras un plazo mínimo de dos semanas, siempre que cada provincia cumpla las exigencias impuestas por Sanidad y la evolución de la pandemia siga a la baja en España. Así, la fase final no comenzaría hasta el 8 de junio y la “nueva normalidad” llegaría el 22 de junio.
Cada fase conlleva, por tanto, una serie de reaperturas bajo unas ciertas condiciones de seguridad en función de cada actividad y sector.
Los servicios y el comercio minorista podrán abrir sus puertas este próximo lunes 4 de mayo, si bien con cita previa y atendiendo de forma individual, adoptando las medidas de higiene, seguridad y distanciamiento social necesarias, lo que limitará su aforo. Por su parte, los comercios reabrirán el 11 de mayo con un tercio de su aforo para mantener los dos metros de separación por cliente. Por su parte, las academias, autoescuelas y centros comerciales tendrán que esperar a la fase 2, cuando el aforo permitido será del 40%, sin poder usarse las áreas comunes. Será en la fase 3 cuando estas puedan abrirse y el aforo permitido será del 50% de la capacidad de todos los comercios.
En la hostelería, sin contar la comida para llevar, podrá abrir a partir del 11 de mayo, pero solo las terrazas en un 50% de su capacidad. Será en la fase 2 cuando se puedan abrir los locales interiores, pero a un 30% de la capacidad del aforo y sin servicio en barra. Finalmente, en la fase 3 el aforo podrá ser de la mitad. Bares nocturnos y discotecas solo podrán abrir a partir de esa fase 3, pero solo a un 30% de su capacidad.
Los hoteles solo podrán abrir cuando llegue la fase 1, si bien a un 30% de su capacidad y manteniendo cerradas las zonas comunes. Será en la fase 3 cuando puedan alcanzar la mitad de su aforo.
En el sector del ocio y la cultura, las visitas a bibliotecas y museos no empezarán hasta el 11 de mayo, cuando también comenzarán los espectáculos limitados a 30 personas en interiores (en locales para al menos 90 personas) o 200 al aire libre. En la fase 2 estas cifras subirán hasta las 50 y 400 personas respectivamente. Es en esta fase también cuando cines, teatros y auditorios podrán abrir sus puertas a un tercio de su aforo, que llegará al 50% en la fase 3, cuando también reabrirán las playas, los gimnasios y los espectáculos podrán tener hasta 80 espectadores en interior y 800 al aire libre.
El 11 de mayo también se levantarán los límites aún presentes en agricultura y pesca.
Y el transporte urbano se intensificará desde la fase 0, mientras que el de larga distancia mantendrá un 30% de servicios, el 50% de su capacidad y sin catering, hasta la fase 3, dadas las restricciones de movilidad interprovincial durante la transición. Los vuelos seguirán condicionados a las decisiones que vengan de la UE.
Es evidente que mientras que no exista una vacuna contra el Covid-19 y este siga presente en nuestro día a día, no queda otra que ser cautelosos a la hora de reabrir los negocios y la actividad económica. Pero esta cautela, expresada en los aforos limitados de cada fase, hacen que para muchos empresarios y autónomos levantar la persiana implique más pérdidas que ganancias, por lo que tanto unos como otros piden que se mantengan las ayudas económicas, así como que se prolonguen los ERTEs.
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