Es una de las palabras de moda en estos tiempos del coronavirus que nos ha tocado vivir; los coronabonos se han presentado como una de las medidas económicas que podría adoptar la Unión Europea más deseada por algunos de los países más afectados por el Covid-19, entre ellos España e Italia. Sin embargo, la oposición de estados como Alemania y Holanda los alejan cada vez más de la realidad. Pero, ¿qué son los coronabonos exactamente?

Una deuda compartida

Los coronabonos serían una deuda conjunta emitida a los Estados miembros de la UE, es decir, que contaría con la garantía común de todos los países de la Unión. Los fondos, que serían comunes, provendrían del Banco Europeo de Inversiones. Y serían una deuda mutualizada, es decir, que todos compartirían el riesgo ante posibles impagos, solidarizándose entre ellos.

Así, esta deuda tendría mayor garantía que la deuda soberana de cada país. Lo que también facilitaría el acceso a los mercados de capitales, puesto que el riesgo conjunto sería menor que el de cada parte, posibilitando conseguir más liquidez que por separado. Además, permitiría competir con mayores garantías frente a las emisiones de terceros.

Si bien, la financiación conseguida a través de estos coronabonos solo podría usarse para fines estrictamente relacionados con los efectos del Covid-19 en los Estados miembros.

Esta no es la primera vez que se baraja la emisión de una deuda mutualizada en el seno de la UE. Ya en la crisis de 2008 se puso sobre la mesa la posibilidad de lanzar los entonces bautizados eurobonos, pero finalmente no se llegó a hacer, principalmente por la oposición de Alemania.

Coronabonos concepto numeros rojos

Y la historia se repite

De nuevo, Alemania, junto a Holanda, Austria y Finlandia, se opone a la emisión de los coronabonos. En frente, los países pro-bonos: España, Italia, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Irlanda, Portugal, Grecia y Eslovenia, que ven en los coronabonos la mejor salida a la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19, que ha llevado a muchos Estados a frenar casi completamente su economía para poder parar la oleada de contagios.

Sin embargo, la respuesta de la UE se aleja cada vez más de los coronabonos y busca otras vías que no impliquen la emisión de esta deuda conjunta.

A escena el MEDE

Entre esas alternativas más plausibles, la UE podría recurrir al fondo de rescate de la zona euro, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Este organismo, de carácter permanente con sede en Luxemburgo, se creó durante la anterior crisis y ofrece asistencia financiera en forma de préstamos a los países de la eurozona, así como nuevo capital a los bancos en dificultades.

El MEDE podría establecer una línea de crédito específica para prestar dinero a los Estados miembros afectados por el coronavirus, sin embargo, estos préstamos estarían asociados a programas de austeridad que, en la situación excepcional en la que nos encontramos, sería de difícil aplicación, puesto que los países necesitan gastar dinero tanto para hacer frente al Covid-19 como para evitar que sus economías se hundan completamente.

Así que la clave está ahí, y ahí se centra gran parte del debate en el seno de la UE, el que estos préstamos vayan o no aparejados a condiciones de austeridad o límite del gasto (¿os acordáis de los “hombres de negro” de la anterior crisis?).

Coronabonos concepto bandera UE

El principio de un plan y los coronabonos más lejos

Con los coronabonos prácticamente fuera del tablero de juego, en la última cumbre telemática de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, celebrada el pasado 23 de abril, se consiguió respaldar la creación de un plan de reconstrucción para ayudar a los Estados miembros más afectados por la pandemia, sin embargo, todavía quedan detalles del mismo por negociar.

Será la Comisión Europea la encargada de presentar una propuesta, tanto del próximo marco presupuestario como del nuevo fondo, que podría llegar el próximo 6 de mayo. Este nuevo fondo estará anclado en el próximo marco financiero plurianual de la UE para el período 2021-2027 y deberá adaptarse para tener en cuenta las circunstancias creadas por el coronavirus.

La idea central del plan es emitir deuda con la garantía del presupuesto de la UE y captar fondo en los mercados financieros, que después se distribuirán en una mezcla de préstamos y subvenciones. Para financiar este nuevo plan, se contempla la creación de un instrumento de recuperación y resiliencia de carácter temporal, dotado con 300.000 millones de euros, que sumado al sistema de recursos propios de la UE permitiría captar en los mercados financieros, mediante la emisión de bonos europeos, otros 320.000 millones de euros.

Sin embargo, la “pelea” entre países del norte y el sur sigue presente; mientras España, Francia, Italia, Portugal y Grecia apuestan por un fondo de recuperación cuyos recursos lleguen en forma de subsidios, Holanda, Suecia, Austria y Alemania defienden que los recursos se obtengan en forma de préstamos, rechazando de plano la mutualización de la deuda.

De momento, esta última cumbre ha ratificado el plan de emergencia de 540.000 millones de euros aprobado por el Eurogrupo, con el encargo de ponerlo en marcha para el 1 de junio.

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