Helena HernándezEl Ministerio de Hacienda planea analizar la posibilidad de llevar a cabo una reforma del actual modelo de impuesto de matriculación y de circulación, con el objetivo de penalizar a los vehículos antiguos y más contaminantes.
Dentro de su compromiso con la Agenda 2030 y la lucha contra el cambio climático, el Ministerio de Hacienda estaría sopesando analizar la viabilidad de una reforma del impuesto de circulación para penalizar a los coches más contaminantes y antiguos, según recoge el borrador actualizado del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.
El PNIEC explica que esta revisión del impuesto de matriculación, así como del de circulación forma parte de las medidas que se llevarán a cabo para reducir el impacto sobre el medio ambiente de la movilidad, entre las que destacan la renovación del parque automovilístico y el impulso del vehículo eléctrico y de la infraestructura de recarga, entre otras.
Así, Hacienda, junto con la entidades locales encargadas de la recaudación de impuestos, considera necesario hacer un cambio en los criterios actuales del impuesto de circulación, para vincularlos a la normativa Euro o a la etiqueta medioambiental de la DGT.
El objetivo: penalizar a los coches más contaminantes
La medida tendría como fin penalizar a aquellos vehículos más antiguos, ya que son los que actualmente generan más emisiones contaminantes, además de registrar un mayor consumo de combustible y mayores emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Así, si se formaliza en el futuro esa reforma de las tasas de circulación y matriculación, se podría adelantar la paridad de precio entre vehículos de combustión y los eléctricos. El documento señala que la única forma de conseguir una electrificación masiva del parque de vehículos pasaría por alcanzar la paridad de precio entre coches eléctricos y de combustión.
Más medidas orientas a la reducción del CO2 en las ciudades
Pero la subida de impuestos a los coches antiguos no es la única medida que plantea el PNIEC. Hacienda también analizará una reforma fiscal “verde” del sector del automóvil para orientar la decisión final de compra de los clientes hacia modelos con menores emisiones.
También se promoverán, en coordinación con las entidades locales, actuaciones de restricción del tráfico y de gestión del aparcamiento por parte de los ayuntamientos, que penalizarán a los coches de mayor antigüedad.
Así, desde 2023 será obligatorio delimitar zonas de bajas emisiones, con acceso limitado a los vehículos más contaminantes en las ciudades cuya población sea mayor de 50.000 habitantes. Esta iniciativa se combinará con los Planes de Movilidad Urbana Sostenible, por parte de las entidades locales, y Planes de Transporte al Trabajo, por parte de la empresas.
Un impulso al coche eléctrico
El borrador del PNIEC incluye, además, la implementación de medidas orientadas a impulsar la expansión del coche eléctrico, con el objetivo de que en 2030 el parque móvil de este tipo de vehículo alcance en torno a los 5 millones de unidades en España, entre turismos, furgonetas, autobuses y motos.
Esos 5 millones de vehículos eléctricos permitirán experimentar unos ahorros acumulados de energía final entre 2021 y 2030 de 3.524,2 kilotoneladas equivalentes de petróleo al año (ktep/año), sobre un total de 13.888 ktep/año del conjunto del sector del transporte.
En pos de lograr estos objetivos, España se adherirá a la estrategia europea que pretende que desde 2040 los turismos y los vehículos comerciales no emitan dióxido de carbono, además de impulsar medidas para fomentar la adquisición de vehículos eléctricos y el despliegue de la infraestructura de recarga necesaria para estos vehículos.
En ese sentido, se diseñarán programas de ayudas a fondo perdido para multiplicar el presupuesto puesto a disposición de particulares y empresas para la compra de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga en planes anteriores como el Movele, el Movalt, el Movea o el Moves.
