El Síndrome del Edificio Enfermo es un mal provocado por el estado de algunos inmuebles y que puede tener consecuencias negativas para la salud de los trabajadores. Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿Cuándo se considera que un edificio está enfermo?

¿Qué es el Síndrome del Edificio Enfermo?

La OMS define el síndrome del Edificio Enfermo (SEE) como “el conjunto de molestias y enfermedades que un edificio causa en sus ocupantes y cuyo origen está en el mal estado del edificio“.

Habitualmente, este término se da en edificios que no tienen ventanas y están equipados con sistemas de ventilación o aire acondicionado artificial, pero también se pueden dar en inmuebles con ventilación natural.

Aunque la ventilación es uno de los principales factores asociados a este síndrome, hay muchas otras causas que lo pueden provocar: iluminación, ruidos, olores, humedad e incluso factores psicosociales.

Para considerar que un edificio está “enfermo”, debe provocar problemas de salud en un número anormal de trabajadores, situándose esta cifra en, al menos, un 20% de sus ocupantes.

Cabe destacar que el Síndrome del Edificio Enfermo no está incluido en la lista de las enfermedades profesionales, sin embargo, algunos organismo como la Generalitat de Catalunya, sí lo reconocen como enfermedad laboral.

Características frecuentes de los edificios enfermos

Generalmente, los inmuebles afectados por el Síndrome del Edificio Enfermo tienen una serie de características:

  • Cuentan con sistemas de ventilación artificial y de recirculación del aire.
  • Los sistemas de recirculación de aire están situados en lugares poco adecuados.
  • Son edificios construidos con materiales de escaso coste y poca calidad.
  • Gran parte de su superficie interior está recubierta de materiales textiles.
  • Tienen implantados sistemas de ahorro energético.
  • Suelen ser edificios con muchas estancias interiores y cuyas habitaciones exteriores no tienen ventanas u otras vías de ventilación natural.

Causas de este síndrome

Existen diversos factores de riesgo que pueden provocar el Síndrome del Edificio Enfermo. A continuación vemos algunos de los más comunes:

Ventilación incorrecta

La ausencia de una ventilación adecuada es el principal factor que puede provocar el Síndrome del Edificio Enfermo. Hay muchas causas que puede dar lugar a esta mala ventilación: estancias cerradas herméticamente, estado o mantenimiento defectuoso de los sistemas de aire acondicionado, colocación indebida de los sistemas de recirculación de aire, etc.

Contaminación ambiental

La contaminación ambiental del edificio puede provenir de una gran variedad de focos:

  • Materiales de construcción del edificio.
  • Herramientas o materiales utilizados para el desempeño de la actividad laboral.
  • Productos químicos, por ejemplo para limpieza y desinfección.
  • Contaminantes biológicos, virus y bacterias.
  • Humo de tabaco.
  • Contaminación atmosférica (por ejemplo, los humos en los talleres de vehículos).
  • Acumulación de polvo y otras partículas.
  • Incluso, el propio cuerpo humano produce de forma natural sustancias que pueden provocar contaminación ambiental: dióxido de carbono, agua, aerosoles biológicos, etc.

Mala iluminación

Otra de las causas que pueden provocar este síndrome es una iluminación incorrecta. No solo se trata de un exceso o defecto de iluminación, sino de los excesivos contrastes o fuentes de luz que provocan destellos, entre otros motivos.

Según la Organización Mundial de la Salud, la iluminación adecuada para tareas de oficina debe oscilar entre 500 y 1.000 Lux, y entre 150 y 300 Lux en pantallas de visualización de datos (PVD).

Temperatura inadecuada

Otro factor susceptible de provocar el síndrome del edificio enfermo son las temperaturas demasiado altas o bajas.

Para evitarlo, se han establecido determinados baremos para el ambiente térmico de los edificios donde se desempeñan actividades laborales:

  • Temperatura del aire en verano: 22 ºC (pudiendo oscilar 2 ºC arriba o abajo)
  • Temperatura del aire en invierno: 24,5 ºC (pudiendo oscilar 1,5 ºC arriba o abajo)
  • Temperatura de la superficie del suelo: entre 19 y 26 ºC.

Humedad relativa demasiado alta/baja

Se recomienda que la humedad relativa se encuentre entre el 30% y el 50%. Los niveles elevados de humedad favorecen la aparición de hongos, mientras que una humedad relativa demasiado baja produce sequedad en las membranas mucosas y otras afecciones como tos, irritación de garganta, sinusitis etc.

Exceso de ruido

Los niveles de ruido se han de mantener en unos límites que no resulten molestos. Llegados a cierto punto, pueden provocar numerosos problemas, como dolores de cabeza, fatiga, irritabilidad, incapacidad para concentrarse, etc.

Se recomienda que el nivel de ruido en el ámbito laboral no supere los 60-70 decibelios. Sin embargo, no solo los ruidos fuertes pueden provocar molestias; también los ruidos continuos, repetitivos o de baja frecuencia.

Malos olores

Los trabajadores también pueden enfrentarse a situaciones de malestar por culpa de malos olores provocados por gases y vapores. Esta disconfort sensorial puede dar lugar a síntomas como estrés, ansiedad o irritabilidad. Para determinar el grado de contaminación odorífera se utilizan medidas como el Olf, que es la cantidad de contaminación provocada por una persona.

Vibraciones

Las vibraciones provocadas en el propio edificio, en la calle o en instalaciones cercanas, también pueden afectar a la salud o rendimiento de los trabajadores. De hecho, existe una normativa para ello (ISO 2631.1 y 2631.3-1985).

Escasez de iones negativos

Una de las medidas que se vienen aplicando para combatir el Síndrome del Edificio Enfermo es la aplicación de ionizadores. Son aparatos que esparcen iones con carga negativa, los cuáles tienen la capacidad de atraer partículas con carga positiva, tales como polvo, moho, polen, virus, humo y otros elementos químicos o alérgenos potenciales.

Factores psicosociales

No todo son factores de índole estructural o de las instalaciones del edificio. El propio desarrollo de las actividades en su interior puede ser motivo de ser considerado un edificio enfermo. En este caso son factores de influencia la organización del trabajo, las condiciones laborales, la jornada laboral, la presión por alcanzar objetivos, etc.

Consecuencias para las personas

Los síntomas del Síndrome del Edificio Enfermo se pueden manifestar de diversas maneras.

Síntomas físicos

  • Resfriados
  • Tos, sequedad de garganta
  • Ronquera
  • Dolor de cabeza
  • Migrañas crónicas
  • Fatiga
  • Irritación de las vías respiratorias
  • Dificultad para respirar
  • Alergias
  • Hipersensibilidad
  • Atrofia muscular
  • Dermatitis
  • Alteraciones sensoriales (gusto, vista, oído, olfato).
  • Vértigo
  • Mareos y náuseas
  • Eczemas
  • Sinusitis
  • Irritación ocular
  • Sensación de ahogo

Síntomas psicológicos

  • Fatiga mental
  • Estrés
  • Irritabilidad
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Sensación de angustia

Cómo detectar y prevenir el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE)

A la hora de analizar el estado de un inmueble y determinar si está afectado por el Síndrome del Edificio Enfermo, se han de seguir una serie de pasos.

Investigación del edificio

En primer lugar, se realiza un análisis de los aspectos estructurales del edificio:

  • Lugar de emplazamiento.
  • Materiales de construcción.
  • Distribución de las estancias.
  • Equipamiento e instalaciones (sistemas de iluminación, ventilación, etc).
  • Presencia de moho o humedades.
  • Filtraciones de aire, agua, etc, provenientes de otros inmuebles del mismo edificio.

Inspección de usos y funcionamiento

A continuación se revisan aspectos más concretos que tienen relación con el funcionamiento del edificio y su equipamiento interior.

  • Número de empleados que trabajan en las instalaciones.
  • Características de las herramientas, instrumentos y mobiliario utilizado.
  • Mantenimiento de equipos de calefacción, aire acondicionado, ventilación, humidificadores, etc.
  • Identificación de fuentes de malos olores.
  • Presencia de elementos orgánicos (plantas).
  • Uso de materiales no renovables y/o contaminantes.
  • Limpieza y desinfección del edificio.

Análisis sobre calidad del aire

Como ya hemos dicho, la calidad del aire es uno de los principales motivos que pueden provocar la enfermedad del edificio (y sus ocupantes), por lo que el siguiente paso es realizar un análisis exhaustivo de los métodos de ventilación empleados, su funcionamiento, efectividad y estado de conservación.

Exámenes médicos

Para comprobar la relación entre el estado del edificio y los problemas de salud de los trabajadores, es recomendable realizar exámenes médicos (con su consentimiento) a los trabajadores, tanto a los que presenten síntomas como a los que no.

Complementariamente, también se puede realizar otro tipo de análisis toxicológicos o microbiológicos.

Aplicación de medidas

Una vez evaluado el edificio y detectados los problemas estructurales o de funcionamiento que provocan el síndrome, llega el momento de aplicar las medidas necesarias para evitar que sus ocupantes sigan sufriendo las consecuencias negativas para su salud. Esto es fundamental para la prevención de riesgos laborales.

Diferencias entre el SEE y la enfermedad ligada el edificio

El Síndrome del Edificio Enfermo consiste en una serie de patologías diversas, que afectan a un mínimo del 20% de los ocupantes del edificio. En la mayoría de casos, no existe una lesión orgánica concreta o común a todos los trabajadores.

En cambio, la enfermedad ligada al edificio afecta a todos (o una gran mayoría) de los ocupantes de un edificio. Todos ellos muestran una misma patología clínicamente definida, derivada de una causa concreta y demostrable.

Ejemplos de edificios enfermos y sus efectos

Existen diversos ejemplos de edificios enfermos, como es el caso de la Torre Agbar, donde diversos trabajadores denunciaron casos de lipoatrofia, un tipo de atrofia muscular que se caracteriza por un hundimiento en la parte anterior y lateral del muslo. Es una alteración celular que se produce a causa de la pérdida de agua en las células.

El SEE también se puede producir en edificios inteligentes, como sucedió en los casos de la sede de Telefónica en Madrid, el edificio de Gas Natural o en el edificio de las Juntas Generales de Guipúzcoa, donde se reportaron casos de lipoatrofia y otros problemas como irritación ocular, dolores de cabeza o obstrucción de las vías respiratorias.

Existen muy pocos datos cuantitativos acerca de este síndrome. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud estima que podría afectar al 30% de los edificios. De hecho, hace ya más de 10 años este término se puso de moda cundo Barcelona registró más de 1.100 casos de lipoatrofia muscular, conocida coloquialmente como la enfermedad de las oficinas.

En cualquier caso, y a pesar de sus riesgos, este síndrome no es muy tenido en cuenta a la hora de la prevención de riesgos laborales en oficinas, seguramente porque no existe un régimen sancionador definido.