Las empresas tienen dos tipos de inmovilizado que deben tener en cuenta a la hora de realizar su contabilidad: el inmovilizado material y el inmovilizado intangible. En esta entrada vamos a explicar qué es y cómo contabilizar el inmovilizado material, acompañado de algunos ejemplos.

¿Qué es el inmovilizado material?

El inmovilizado material es el conjunto de bienes que tienen existencia física y se encuentran en el patrimonio de la empresa, no están destinados a comerciar directamente, sino que se usan para la producción de los bienes y servicios que vende la empresa, y su duración es más de uno.

El inmovilizado material forma, junto al inmovilizado inmaterial y el financiero, el activo no corriente en el balance de la empresa.

Así, para que un bien pueda considerarse inmovilizado material deben cumplir estas características:

  • Debe formar parte de la actividad productiva de los bienes o servicios de la empresa y emplearse en esa actividad.
  • Debe ser un bien material, es decir, que tenga presencia física.
  • Estar destinado a la producción y no a comerciar con él (por ejemplo, los coches que se venden en un concesionario son mercancía y forman parte del activo circulante, pero el local donde se comercializan es parte del inmovilizado material.
  • Que el servicio que presta a la actividad productiva sea superior a un año; por ejemplo, un paquete de folios para la impresora de la oficina no es inmovilizado material, puesto que es algo que usaremos en poco tiempo y forma parte del activo circulante.

Algunos ejemplos de inmovilizado material son:

  • Nave industrial donde se fabrican los productos para comercializar.
  • Los coches de empresa.
  • Maquinaria
  • Los muebles de la oficina

El inmovilizado en el PGC

En el Plan General de Contabilidad encontraremos toda la regulación pertinente a la contabilidad del inmovilizado material: cómo debemos valorarlo y cómo se computa su adquisición como gasto. Además, también se incluye el cuadro de cuentas del inmovilizado material en el PGC.

A través de las cuentas del PGC podemos hacernos una idea más clara de los distintos tipos de bienes que normalmente forman parte del inmovilizado material. El grupo de cuentas de este tipo de inmovilizado es el (21):

  • Terrenos y bienes naturales (210): solares urbanos, fincas rústicas y otros terrenos no urbanos, así como canteras y minas.
  • Construcciones (211): Edificaciones como pisos, naves y locales destinados a la actividad productiva.
  • Instalaciones técnicas (212): Grupos de bienes de distinta naturaleza que forman una unidad productiva especializada, de manera que aunque estén formados por elementos separables, están definitivamente unidos por su uso y pueden someterse al mismo ritmo de amortización. Se incluyen sus repuestos y recambios.
  • Maquinaria (213): Máquinas y bienes de equipo que se necesitan y utilizan para elaboración o extracción de los productos.
  • Utillaje (214): Herramientas o utensilios que se utilizan junto con la maquinaria.
  • Otras instalaciones (215): Elementos diferentes ligados definitivamente por el proceso productivo y que puedan amortizarse al mismo ritmo, pero que no pueden incluirse en la cuenta (212).
  • Mobiliario (216): Muebles, material y equipos de oficina de uso a largo plazo (más de un año).
  • Equipos para procesos de información (217): Ordenadores y programas informáticos y sus accesorios.
  • Elementos de transporte (218): Todo tipo de vehículos, tanto terrestres como marítimos o aéreos que se puedan utilizar para el transporte de mercancías, personas, animales o materiales.
  • Otro inmovilizado material (219): Elementos de inmovilizado material que no se puedan encuadrar en las cuentas anteriores.

Inmovilizado Material concepto maquinaria

Valor inicial del inmovilizado material en la contabilidad

Para registrar en la contabilidad la compra de inmovilizado material y asignarle un valor económico, se aplica el criterio del PGC de utilizar el coste de adquisición o el coste de producción del elemento de inmovilizado material.

De esta manera, si compramos un elemento de inmovilizado, su valor económico será aquel que figura en la factura o documento de compra, al que podremos sumar los gastos de adquisición, siempre que estos no puedan imputarse directamente como gastos (por ejemplo, impuestos de la compra o honorarios de los profesionales que intervienen en la compra). En este caso, contrapartida acreedora será una cuenta de tesorería.

Si el elemento de inmovilizado de inmovilizado material lo hemos fabricado nosotros, su valor se calcula en base a lo que nos ha costado su producción: horas de trabajo empleado, materiales utilizados y otros gastos asociados (como por ejemplo, royalties o gestiones administrativas). En este caso, la contrapartida acreedora puede ser la cuenta Trabajos realizados para la empresa (731) y/o cuentas de los subgrupos (22) y (23).

Pero además, a la hora de valorar el inmovilizado material debemos tener en cuenta dos aspectos que afectan a su valor en el tiempo, puesto que, como ya hemos dicho, una de las características de estos elementos es que su duración sea más de un año. Estos aspectos son la amortización y el deterioro.

Amortizaciones

Como estos elementos nos ofrecen un servicio superior a un año, el gasto que supone su obtención no puede computarse en el momento de pagar su precio o realizar los gastos derivados de su producción, porque el gasto corresponde a todo el tiempo de vida útil del elemento.

Así que para ajustarnos a esa realidad, el gasto lo vamos imputando en los distintos años de vida el elemento inmovilizado material a través de la amortización, que es la periodificación del gasto que se imputará en cada ejercicio de acuerdo a determinados porcentajes o partes que se aplican según el criterio de amortización que utilicemos. De esta manera, se contabilizará también la depreciación o pérdida de valor por uso del elemento o por el paso del tiempo u otros motivos, como la obsolescencia.

Los asientos de amortización computan el gasto que proceda en la cuenta correspondiente (681), su contrapartida acreedora es una cuenta de Amortización acumulada de ese inmovilizado (281).

Así, el valor contable del activo no es el que le asignamos al contabilizarlo, sino ese valor inicial restándole sus amortizaciones acumuladas, de manera que esos activos van perdiendo su valor contable según vamos computando su gasto.

Deterioros

Los deterioros son pérdidas extraordinarias de valor del inmovilizado, que se podrán registrar siempre que esté permitido por la normativa contable y fiscal.

La estimación de la existencia de un deterioro se llama “corrección valorativa” y se realiza una vez al año, al cerrar el ejercicio. Se puede imputar un deterioro cuando se acredite que su valor contable es superior a su valor recuperable, que a su vez es el importe mayor entre el valor de venta del inmovilizado material (restando los gastos de la venta) o su valor de uso.

El deterioro se contabiliza como gasto en las cuentas (692) para inmuebles y (691) para el resto de inmovilizado y su contrapartida acreedora se imputa a la cuenta (292) o (291), restando el valor contable del elemento afectado.

Si se recupera el valor, se realizará el asiento contrario, computándolo como ingreso en las cuentas (792) o (791).

▷ Cómo se contabiliza la compra del inmovilizado material

A continuación vamos a ver cómo contabilizar la compra de inmovilizado material, junto a algunos ejemplos para ilustrarlo.

Cuentas que intervienen

  • Cuentas del grupo (21) Inmovilizaciones Materiales.
  • Cuenta 523 Proveedores de inmovilizado a corto plazo.
  • Cuenta 173 Proveedores de inmovilizado a largo plazo.
  • Cuenta 525 Efectos a pagar a corto plazo.
  • Cuenta 175 Efectos a pagar a la largo plazo.

El asiento de compra del inmovilizado material

La estructura del asiento de la compra de inmovilizado material es como sigue:

  • Se carga a la cuenta del grupo (21).
  • Se abona:
    • Si se paga en el momento de adquisición a la cuenta de tesorería (grupo 57).
    • Si se deja pendiente de pago: a la cuenta del proveedor de inmovilizado según la deuda sea a corto plazo (523) o largo plazo (173).

Ejemplos de compra de inmovilizado material

Veamos algunos ejemplos de asientos de compra de inmovilizado material (tened en cuenta que en estos ejemplos no se tiene en cuenta el IVA):

Ejemplo 1

Nuestra empresa compra maquinaria por valor de 1.000 euros y la pagamos por transferencia bancaria.

1.000 (213) Maquinaria a Bancos (572) 1.000

Ejemplo 2

Nuestra empresa compra un software informático por valor de 6.000 euros, la mitad se pagará en 2 meses y la otra mitad dentro de un año.

6.000 (206) Aplicaciones informáticas a Proveedores inmovilizado a corto plazo (523) 3.000
a Proveedores de inmovilizado a largo plazo (173) 3.000

Ejemplo 3

La empresa adquiere mobiliario de oficina por valor de 10.000 euros, pagando una mitad con un pagaré con vencimiento dentro de 6 meses y la otra mitad con otro pagará que vence dentro de un año.

10.000 (216) Mobiliario a Efectos comerciales a pagar a corto plazo (525) 5.000
a Efectos comerciales a pagar a largo plazo (175) 5.000


Valoración posterior de un inmovilizado material

La valoración posterior del inmovilizado material es aquello que se registra una vez descontados del precio de adquisición o coste de producción, la amortización acumulada y, si procede, el importe acumulado de las correcciones de valor por deterioro.

Inmovilizado Material concepto oficina

Baja de un inmovilizado material

Cuando un elemento de inmovilizado material finaliza su vida útil, es decir, ha dejado de generar beneficios para la empresa o se ha producido su venta, se debe dar de baja como activo de la empresa.

En el caso de una venta, la diferencia entre el importe de la misma y su valor contable determinará el beneficio o pérdida al dar de abaja el elemento y se imputará a la cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio.

Subvenciones para inmovilizado

Si nuestra empresa recibe una subvención para financiar inmovilizado material, debemos tener en cuenta que pueden existir diferencias entre el momento del devengo (cuando se comunica la concesión), su cobro y el momento de aplicación de los beneficios de la misma. Por, en el caso de que la subvención sea para la adquisición de activos fijos nuevos, el importe de la misma habrá que aplicarlo al beneficio del ejercicio en la misma proporción que amorticemos el activo fijo.

El asiento quedaría así:

Contabilización de la concesión de la subvención:

(4708) Hacienda Pública deudor por subvenciones a Subvenciones oficiales en capital (130)

Contabilización cunado percibimos la subvención:

(572) Bancos a Hacienda Pública deudor por subvenciones (4708)

Contabilización al cierre del ejercicio, cuando aplicamos al mismo la parte proporcional de la subvención:

(130) Subvenciones oficiales de capital a Subvenciones, donaciones y legados de capital transferidas al resultado del ejercicio (746)

El inmovilizado material e inmaterial

Ya dijimos al comienzo que el activo no corriente en el balance de la empresa está formado por el inmovilizado material y el inmovilizado inmaterial, por lo que no debemos confundir ambos conceptos.

El inmovilizado inmaterial o intangible es el conjunto de elementos patrimoniales, adquiridos o producidos por la empresa, con una permanencia de más de un año y usados para la producción de los bienes o servicios que comercializa la empresa. La diferencia con los elementos de inmovilizado material está en que no tienen existencia física. Son las cuentas del grupo (20):

Como ya vimos con el inmovilizado material, estos son algunos ejemplos de inmovilizado inmaterial:

  • Patentes
  • Marcas
  • Derechos de traspaso
  • Aplicaciones informáticas

La valoración del inmovilizado material en contabilidad sigue los mismos criterios que la de la valoración inicial, posterior y baja del inmovilizado material, teniendo en cuenta que existen otras normas particulares de valoración de este tipo de inmovilizado recogidas la “6ª Normas particulares del inmovilizado intangible” del PGC.

Esperamos que esta explicación sobre el inmovilizado material y su registro contable os haya resultado de utilizada. En cualquier caso, ante cualquier duda, siempre es recomendable acudir a tu asesoría más cercana y consultar con un buen asesor contable.