Activo y pasivo en contabilidad – Pilares básicos

Activo y Pasivo en contabilidad son como la fuerza centrípeta y la centrífuga, opuestas, pero que se que se complementan con el objetivo de mantener el equilibrio perfecto de un giro y aunque a no estemos hablando de física sino, de contabilidad, el símil perfectamente válido: Activo y Pasivo en contabilidad son como estas dos fuerzas, las capaces de mantener el equilibrio, sin perder el rumbo.

Para empezar a hablar de activo y pasivo en contabilidad, deberemos conocer primero qué es el Balance de Situación.

El balance es un informe contable, que forma parte de las Cuentas Anuales, y que muestra la situación económico-financiera de la empresa en un momento dado. Comprende, con la debida separación, el activo, el pasivo y el patrimonio neto de la empresa.

Puede definirse como el conjunto de bienes y derechos de los que la compañía es titular.

Viene ordenado en el Balance de Situación de menor a mayor grado de liquidez, es decir, en función de la rapidez para convertirlos en dinero y con la menor pérdida en el proceso.

Lo integran dos partidas:

 

Activo no corriente

Bienes y derechos que van a formar parte de la estructura de la compañía para desarrollar su actividad, por lo que permanecerán en el patrimonio de la empresa por un plazo superior a 1 año (largo plazo).

Dentro del balance se descompone en los siguientes apartados:

• Inmovilizado Intangible
• Inmovilizado Material
• Inversiones Inmobiliarias
• Inversiones en empresas del grupo y asociadas a largo plazo
• Inversiones financieras a largo plazo
• Activos por impuesto diferidos

 

Activo corriente

Bienes y derechos que van a permanecer en el patrimonio de la empresa durante un plazo inferior al año (corto plazo). Habitualmente se tratará de activos vinculados al ciclo normal de explotación que la empresa espera vender, consumir o realizar en el transcurso del mismo, así como el efectivo y otros activos líquidos equivalentes.

Está integrado por:

• Activos no corrientes mantenidos para la venta
• Existencias
• Deudores comerciales y otras cuentas a cobrar
• Inversiones en empresas del grupo y asociadas a corto plazo
• Inversiones financieras a corto plazo
• Periodificaciones a corto plazo
• Efectivo y otros activos líquidos equivalentes

Denominamos pasivo contable a las deudas y obligaciones contraídas por la empresa y mediante las cuales se va a financiar su activo.

A su vez, se clasifica y ordena en el Balance de menor a mayor exigibilidad, es decir, en función de la facilidad que tengan terceras personas para solicitar el pago a la compañía:

• Pasivo no exigible: formado por los las deudas contraídas con los propietarios, o Fondos Propios (Capital, Reservas…), y que mientras la empresa siga en funcionamiento no habrá de devolver.
• Pasivo exigible: lo integran los recursos ajenos y la financiación ajena de la empresa. Constituyen, por tanto, sus deudas y obligaciones. A su vez pueden ser a corto (pasivo corriente) o largo plazo (pasivo no corriente):
  • Pasivo no corriente: deudas y obligaciones exigibles en un plazo superior al año (pasivo exigible a largo plazo) contado a partir de la fecha de cierre del ejercicio. Al cierre del ejercicio, se deberán reclasificar en corrientes en la parte en que su vencimiento pase a ser inferior al año. Se compone de:
    • Provisiones a largo plazo
    • Deudas a largo plazo
    • Deudas con empresas del grupo y asociadas a largo plazo
    • Pasivos por impuesto diferido
    • Periodificaciones a largo plazo
  • Pasivo corriente: deudas y obligaciones con vencimiento inferior al año (pasivo exigible a corto plazo). Generalmente vinculadas al ciclo normal de explotación que la empresa espera liquidar en el transcurso del mismo. En él se incluye:
    • Pasivos vinculados con activos no corrientes mantenidos para la venta
    • Provisiones a corto plazo
    • Deudas a corto plazo
    • Deudas con empresas del grupo y asociadas a corto plazo
    • Acreedores comerciales y otras cuentas a pagar
    • Periodificaciones a corto plazo

En el balance es la diferencia entre el activo y el pasivo, es decir: el valor de una compañía una vez descontadas sus deudas. Además, constituye la parte de la financiación por cuenta propia de la empresa, por lo que no tendrá que devolverlo a sus socios mientras ésta siga en funcionamiento (pasivo no exigible).

Se compone de:

• Fondos propios: capital aportado por los socios y reservas o resultados no distribuidos de otros ejercicios.
• Ajustes por cambios de valor.
• Subvenciones, donaciones y legados

De forma detallada lo integran:

1. Fondos Propios
   1. Capital
   2. Prima de emisión
   3. Reservas
   4. Acciones y participaciones en patrimonio propias
   5. Resultados de ejercicios anteriores
   6. Otras aportaciones de socios
   7. Resultado del ejercicio
   8. Dividendo a cuenta
   9. Otros instrumentos del patrimonio neto
2. Ajustes por cambio de valor
   1. Activos financieros disponibles para la venta
   2. Operaciones de cobertura
   3. Otros
3. Subvenciones, donaciones y legados recibidos