Las políticas medioambientales son cada vez más importantes para las empresas, de ahí que hayan surgido iniciativas como la creación del Reglamento EMAS. ¿En qué consiste? ¿Qué compañías pueden darse de alta en este sistema de gestión ambiental?

¿Qué es el Reglamento EMAS?

EMAS se traduce como Eco-Management and Audit Scheme, o lo que es los mismo, Sistema Comunitario de Gestión y Auditoría Medioambientales.

Es un sistema en la que las organizaciones se pueden dar de alta de forma voluntaria, con el fin de evaluar, mejorar y difundir las medidas empleada para gestionar el impacto ambiental de sus actividades.

El Reglamento EMAS ha sido elaborado en común por los Estados Miembros de la Unión Europea, con el objetivo de establecer un marco normativo que permita una gestión ambiental marcada por la responsabilidad y la transparencia.

A continuación profundizamos en este reglamento que permite establecer un marco para la mejora de la gestión ambiental y el impulso de prácticas íntimamente relacionadas con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

Objetivos

Los principales objetivos del Reglamento EMAS son los siguiente:

  • Implantar sistemas de gestión de calidad efectivos y orientados al entorno donde las empresas desarrollan su actividad.
  • Evaluar de forma periódica el funcionamiento de los sistemas de gestión ambiental.
  • Difundir información acerca de las prácticas medioambientales de la empresas.
  • Proporcionar un medio desde el que entablar diálogo entre todas las partes interesadas.
  • Formar al personal de las organizaciones, de forma que se consiga una mayor implicación en el cumplimiento de la normativa ambiental.

Normativa

La normativa referente al EMAS es el Reglamento CE 1221/2009 del Parlamento y Consejo Europeo, relativo a la participación voluntaria de las organizaciones en un sistema comunitario de gestión y auditoría ambientales. Esta ley dio lugar el denominado EMAS III, que establece nuevas obligaciones para las empresa que quieran formar parte de este registro.

Esta ley modifica el anterior Reglamento CE 761/2001. A su vez, existen nuevas actualizaciones del Reglamento CE 1221/2009, como el Reglamento UE 2017/1505 de 28 de agosto de 2017, por el cual se modifican algunos anexos de la citada normativa.

¿Quién puede participar?

Pueden inscribirse en el sistema EMAS todas aquellas organizaciones, públicas o privadas, que quieran implantar sistemas de gestión ambiental más efectivos y respetuosos con el medio ambiente. La decisión de cumplir este reglamento es voluntaria.

Requisitos

¿Cuáles son los requisitos para cumplir el Reglamento EMAS y optar a conseguir el certificado?

  • Elaborar un análisis del impacto ambiental de las actividades de la empresa.
  • Poner en marcha un sistema de gestión medioambiental en la organización.
  • Realizar una auditoría que evalúe en impacto ambiental provocado.
  • Redactar una Declaración Ambiental, es decir, un texto en el que se pongan de relieve las intenciones de la empresa en materia medioambiental.
  • Presentar el análisis, sistema de gestión, auditoría y declaración ambiental a la autoridad pertinente para que los evalúe y valide la declaración.
  • Presentar la declaración validada a la Consejería de Medio Ambiente que corresponda.
  • Hacer pública dicha declaración.

Ventajas de la aplicación del Reglamento EMAS en la empresa

La aplicación del EMAS III tiene numerosas ventajas para las empresas:

  • Optimizar los procesos de gestión medioambiental.
  • Cumplir con la actual normativa ambiental y evitar sanciones y multas.
  • Facilitar el acceso a licencias, ayudas y subvenciones.
  • Reducir el consumo de recursos naturales y energéticos.
  • Minimizar la generación de residuos.
  • Mejorar la imagen de la empresa de cara a accionistas, inversores, socios y la propia Administración, obteniendo así una ventaja competitiva sobre empresas de la competencia.
  • Fortalecer la reputación de la empresa de cara al cliente y aumentar la confianza del consumidor.
  • Aumentar la motivación de los empleados a través de la formación y a sensibilización.
  • Acceder a nuevas oportunidades de negocio.

¿Cuánto cuesta implantar el EMAS?

La implantación del Reglamento EMAS en la empresa tiene un coste que puede variar en función del tamaño de la organización o de su volumen de operaciones. En general, oscila entre 6.000 y 20.000 euros.

Los gastos se dividen en diferentes aportaciones:

  • Recursos humanos
  • Recursos materiales y económicos
  • Tiempo

Normalmente se requiere una dotación de recursos propios y, en ciertos casos, ayuda externa, ya sea técnica y económica. Por ejemplo, en forma de ayudas o subvenciones.

En general, los costes de aplicación del EMAS se generan en base a las siguientes exigencias:

  • Adoptar las medidas técnicas y organizativas necesarias para la resolución de incumplimientos legales relativos al cuidado medio ambiental.
  • Implantar los sistemas necesarios para cumplir los requisitos del EMAS: formación de personal, evaluación del impacto ambiental, realización de informes y auditorías, etc.
  • Poner en marcha procedimientos para el control de la gestión ambiental: gestión de residuos, emisiones y vertidos, etc.

Pasos para registrar la empresa en EMAS

La inscripción de la empresa en EMAS se realiza en las Consejerías de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma correspondiente.

Los pasos para el registro son los siguientes:

  • Rellenar la solicitud para la inscripción debidamente rellenada.
  • Validar la Declaración Ambiental.
  • Obtener el certificado EMAS por parte de un verificador autorizado.
  • Entregar un informe con la descripción del sistema de gestión ambiental que va a adoptar la organización.
  • *En caso de que exista un proceso sancionador previo, se debe demostrar que la empresa está implantando las medidas necesarias para corregir la situación que lo provocó y evitar que se vuelva a producir en el futuro.

Etapas del sistema EMAS

La adaptación al Reglamento EMAS se realiza en una serie de pasos. A continuación vemos en qué consisten las etapas de definición de las políticas ambientales, planificación, implantación y seguimiento.

Definición de las políticas medioambientales

La política medioambiental de la compañía se define como el conjunto de principios que marcarán las actividades de la organización en relación al medio ambiente.

Esta política ambiental debe estar adaptada a la naturaleza, magnitud e impacto que genera la empresa en su entorno.

Asimismo, debe existir un compromiso de mejora continua, formación de los empleados y reducción y prevención de la contaminación.

Planificación

Se deben establecer los pasos a seguir para conseguir los objetivos de la organización. La planificación es fundamental respecto a:

  • Identificar y minimizar los impactos más significativos para el medio ambiente.
  • Cumplir los requisitos legales sobre actividades clasificadas, emisiones atmosféricas, residuos, contaminación del suelo, ruidos, etc.
  • Fijar unos objetivos y metas coherentes y medibles (por ejemplo, disminuir un 50% el consumo de agua en un plazo de 3 meses).
  •  Elaborar un programa de gestión ambiental, con las actividades a desarrollar para cumplir los objetivos acordados.

Implantación

La siguiente etapa en la adaptación al Reglamento EMAS es la implantación de las medidas planificadas en el punto anterior. ¿Qué es lo que hay que hacer?

  • Definir la estructura y responsabilidades: decidir la figura del responsable medioambiental, formar a los empleados, programas de divulgación, reuniones, canales de comunicación interna y externa, elaboración de manuales de gestión ambiental, definición de procesos operativos, instrucciones de trabajo, etc.
  • Poner en marcha mecanismos que permitan una gestión de la documentación adecuada. Esta debe ser fácilmente localizable, comprensible y estar actualizada.
  • Determinar los procesos para garantizar el control operativo. s decir, todas aquellas herramientas y procedimientos que aseguran que la aplicación del Reglamento EMAS se está realizando según lo previsto.
  • Establecer medidas preventivas que permitan tener capacidad de respuesta en situaciones de emergencia o ante algún imprevisto.

Seguimiento

Por último, está la fase de seguimiento y control, cuyos objetivos son:

  • Evaluar la implantación de las medidas propuestas y los resultados obtenidos.
  • Velar por el mantenimiento de los equipos empleados en las inspecciones.
  • Comprobar el cumplimiento de la legislación medioambiental vigente.

Aspectos medioambientales que se tienen en cuenta

A la hora de aplicar las medidas que propone el Reglamento EMAS se tienen en cuenta aspectos medioambientales directos e indirectos. ¿Cuáles son ada uno de ellos?

Directos

Aquellos que se generan por el desarrollo de la actividad de la empresa, y sobre los cuáles la entidad tiene el control:

  • Emisiones de gases contaminantes
  • Vertidos
  • Generación de residuos
  • Contaminación del suelo
  • Uso de recursos naturales
  • Ruidos, olores
  • Riesgos ambientales susceptibles de ser provocados
  • Influencia en la biodiversidad del entorno

Indirectos

Aquellos que se generan por el desarrollo de la actividad de la empresa, y sobre los cuáles la entidad NO tiene todo el control:

  • Aspectos productivos, como las fases de diseño, desarrollo, embalaje o transporte
  • Servicios de terceros (transporte, restauración, etc)
  • Inversiones, préstamos
  • Planificación administrativa
  • Gama de productos
  • Prácticas ambientales de contratistas, subcontratistas, socios o inversores

Certificados EMAS

Uno de los requisitos para cumplir el Reglamento EMAS y poder darse de alta en el sistema, es obtener el correspondiente certificado. Este certificado EMAS debe ser expedido por una entidad acreditada de verificación de la sostenibilidad, como es el caso de AENOR.

Una vez que se haya obtenido esta acreditación la empresa podrá lucir el logotipo EMAS, un distintivo que acredita que la organización cumple la normativa ambiental y tiene el compromiso de mejora continua.

Es una manera de difundir el conocimiento de este reglamento por parte de la gente y las empresas, y para destacar sobre el resto aquellas organizaciones comprometidas con el respeto al medio ambiente.

Diferencias entre el Reglamento EMAS y la ISO-14001

Se suele nombrar a la norma ISO 14001 como uno de los estándares relacionados con la implantación de un SGA en las empresas. Sin embargo, esta normativa se complementa con otras como el Reglamento EMAS.

Pero, ¿cuáles son las principales diferencias entre ISO 14001 y EMAS?

  • El Reglamento EMAS se aplica entre los Estados miembros de la Unión Europea, mientras que la norma ISO 14001 se un estándar internacional válido para cualquier país.
  • El Reglamento EMAS obliga a realizar una revisión de las prácticas ambientales de la empresa, mientras que la ISO 14001 solo lo sugiere como algo recomendable.
  • La norma ISO 14001 no requiere elaborar una Declaración Ambiental, algo que sí es un requisito imprescindible en el Reglamento EMAS.
  • El EMAS se aplica en un lugar concreto de la empresa, un centro de operaciones determinado. En cambio la ISO-14001 se adopta en el global de la organización.
  • La ISO 14001 determina el compromiso de la organización a cumplir con la normativa vigente. El Reglamento EMAS, además, insta a cumplir con otras medidas ambientales consideradas relevantes.
  • El Reglamento EMAS determina que las auditorías para garantizar la calidad del SGA se deben realizar cada tres años. La ISO 14001 no especifica nada al respecto.

Documentos de referencia sectoriales

El artículo 46 del Reglamento EMAS promueve la creación de unos documentos de referencia sectoriales para realizar unas mejores prácticas de gestión ambiental o Best Environmental Manager Practices (BEMP).

Las organizaciones han de tener en cuenta estos DRS a la hora de implantar sus sistemas de gestión ambiental. Actualmente, existen documentos para diversos sectores de actividad: turismo, comercio al por menor, alimentación y bebidas, agricultura, ganadería y pesca, fabricación de automóviles, aparatos eléctricos y electrónicos y Administración Pública.

Esto es todo sobre el Reglamento EMAS, una iniciativa voluntaria que puede traer muchas ventajas, tanto al medio ambiente como a las empresas que la pongan en práctica.