La equidad en el trabajo es uno de los objetivos que persiguen muchas de las normativas en materia de igualdad aprobadas desde 2007, con la aprobación de la Ley de Igualdad de Género, hasta la actualidad. Y es que la equidad laboral es uno de los pilares clave para alcanzar la igualdad de género en todos los niveles, tal y como aspiran los 193 países que firmaron el compromiso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 (también conocidos como Agenda 2030).
En esta entrada qué se entiende por equidad de género laboral, qué beneficios aporta a la empresa y qué medidas se pueden adoptar para lograrla.
¿Qué es la equidad laboral?
Aunque generalmente siempre hablamos de igualdad de género laboral, lo que realmente se persigue es la equidad de género en el ámbito laboral, entendida como la igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, teniendo en cuenta las necesidades y particulares respectivas de cada uno.
Es decir, que para alcanzar la equidad en el trabajo, es necesario tener en cuenta las desventajas y discriminación que han sufrido las mujeres (y otros colectivos minoritarios) a lo largo de la historia, provocadas por la propia cultura y tradición de la sociedades, como son los roles y estereotipos de género, y que siguen arrastrando.
La equidad en el trabajo persigue acabar con la desigualdad de género en el ámbito laboral promoviendo medidas y acciones que igualen y nivelen el terreno de juego para hombres y mujeres, es decir, que ambos sexos compartan el mismo punto de partida en lo que a derechos, oportunidades y trato se refiere.
Beneficios de la equidad laboral para una empresa
Perseguir la equidad de género en la empresa no solo es cuestión de cumplir con lo que exigen las leyes de igualdad y evitar posibles sanciones por incumplimiento, sino que también llevan asociados una serie de beneficios para la propia empresa, que merece la pena señalar:
- Reduce la brecha salarial
- Ayuda a corregir posibles discriminaciones por razón de sexo
- Ayuda prevenir y evitar el acoso sexual o por razón de sexo
- Mejora el clima laboral
- Ayuda a retener el talento
- Aumenta la productividad
- Mejora la imagen corporativa y de marca de la empresa
5 ejemplos de equidad de género en el trabajo que deberías aplicar en tu empresa
Hay diferentes medidas que se pueden tomar para asegurar la equidad de género en el trabajo, a continuación varemos 5 ejemplos de equidad género que podemos aplicar en la empresa.
1.- Plan de Igualdad
Elaborar el Plan de Igualdad es obligatorio para las empresas de más de 50 trabajadores, pero eso no quiere decir que pymes con plantillas menores no puedan realizar y aplicar el suyo, de hecho, contar con un plan de igualdad es una de las mejores medidas que podemos llevar a cabo para garantizar la equidad en el trabajo, puesto que a través de él se analiza y diagnóstica la situación de igualdad dentro de la empresa, tocando todos los puntos clave (salario, conciliación, discriminación, acoso, etc.) y se diseñan medidas para corregir las posibles desigualdades.
Por lo tanto, si no se cuenta con él ya, elaborar un Plan de Igualdad 2021 para la empresa, con independencia del tamaño de la plantilla, es una de las acciones que más nos pueden ayudar en la consecución de la equidad laboral.
Cabe señalar que algunos de los ejemplos de equidad de género que podemos llevar a cabo en la empresa pueden formar parte de las medidas del propio plan de igualdad.
2.- Igualdad salarial
Otra medida es asegurar la igualdad salarial, algo a lo que, además, obliga la ley tras la aprobación del Real Decreto 902/2020; todas las empresas están obligadas a llevar un registro salarial de todos sus empleados, desagregados por sexos. Y las empresas con más de 50 trabajadores deben realizar también una auditoría salarial.
Estas medidas persiguen acabar con la brecha salarial que todavía existe en la gran mayoría de países del mundo, donde las mujeres cobran de media un 23% menos que los hombres.
Garantizar la igualdad retributiva es garantizar que las mujeres y hombres dentro de la empresa cobran lo mismos cuando realizan un trabajo del mismo valor, tienen la misma formación, experiencia y capacidades para el desempeño de la actividad.
3.- Aplicar la perspectiva de género en el reclutamiento
La perspectiva de género debería estar presente en los procesos de reclutamiento para asegurar la presencia equitativa de hombres y mujeres en la plantilla, siempre que sea posible, y para promover que en igual de condiciones, se priorice la contratación del género infrarrepresentado (que generalmente ha sido la mujer, con la excepción de aquellos sectores y empleos feminizados tradicionalmente).
Si bien, los puestos de trabajo no deben tener género, lo cierto es que todavía existen sesgos de género que influyen sobre la contratación y la promoción de las trabajadoras y que deben eliminarse para acabar con cualquier tipo de discriminación (por ejemplo, todavía llegan menos mujeres trabajadores y madres a puesto de dirección que hombres).
4.- Compromiso con la igualdad en la declaración de buenas intenciones o código ético de la empresa
Aunque nunca pueden sustituir al Plan de Igualdad en aquellas empresas en que sea obligatorio tenerlo, la declaración de buenas intenciones o la inclusión del compromiso con los valores de igualdad género en el código ético de la empresa es una medida más que se puede llevar a cabo para fomentar y promover la equidad en el trabajo.
Si bien no son documentos con valor legal y oficial propiamente dicho, sí que son unas normas que la empresa se autoimpone cumplir y que pone tanto en conocimiento de sus empleados para que las respeten y cumplan también, como del resto de la sociedad como prueba de los estándares que defiende y a los que aspira. Por ejemplo, es uno de los requisitos que deben cumplir las empresas que solicitan la concesión del Distintivo de Igualdad.
5.- Formación en igualdad
Una forma de asegurarnos de que nuestra empresa cumple con el compromiso por promover la igualdad, es apostar por la formación de la plantilla en esta materia. La educación y sensibilización en temas como la discriminación por razón de sexo, el acoso sexual, la conciliación y la corresponsabilidad o el uso del lenguaje y la comunicación, pueden ayudar no solo a mejorar el clima de trabajo, sino a eliminar de forma más natural formas de desigualdad dentro de la empresa y a evitar situaciones que puedan provocarla.
Resumen
Alcanzar la equidad en el trabajo es un proceso complejo que implica muchos factores sociales, culturales, laborales y políticos; es uno de los principales objetivos de las diferentes normativas en materia de igualdad laboral, que buscan acelerar su consecución imponiendo una serie de obligaciones en materia de igualdad para las empresas, porque de otra manera llevaría mucho más tiempo, puesto que hay que desterrar roles y estereotipos de género que la sociedad arrastra históricamente y contra los que hay luchar desde otros frentes, como la educación.