En el BOE del pasado domingo 19 de abril se publicaba la orden ministerial para limitar el precio de los productos sanitarios, como mascarillas, guantes de nitrilo y geles hidroalcohólicos. Hoy, 21 de abril, se reunirá la Comisión Interministerial de Precios del Medicamento de forma extraordinaria para fijar estos precios.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, lo anunció hace dos semanas y diferentes organizaciones y asociaciones de farmacéuticos, como el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, lo venían pidiendo desde hace semanas; la fijación de un precio máximo para mascarillas, guantes y geles antisépticos, que desde el comienzo de la crisis del coronavirus no han hecho más que incrementarse.
Finalmente, en el BOE del 19 de abril, se publicaba una orden ministerial para que los ciudadanos puedan adquirir estos productos sanitarios de una forma más informada y con unos precios menos abusivos. La orden daba un plazo de 48 horas a la Comisión Interministerial de Precios del Medicamento para reunirse y proponer este importe máximo de venta al público de dichos productos.
El precio máximo para mascarillas quirúrgicas e higiénicas
El objetivo de la Comisión, que se reunirá esta tarde de manera telemática, es fijar el precio de venta al público de las mascarillas quirúrgicas, las mascarillas higiénicas y los guantes de nitrilo, así como de “otros productos sanitarios que se consideren imprescindibles para minimizar el riesgo de propagación del Covid-19”. De manera que se incluyen tanto las mascarillas de un solo uso como las reutilizables y los geles antisépticos o hidroalcohólicos autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
La orden ministerial deja abierta la puerta, además, a poner un precio máximo a cualesquiera otros productos que se consideren imprescindibles para poder minimizar el contagio del coronavirus entre las personas. Es decir, que aunque en principio quedan fuera de la regulación las mascarillas tipo FFP2 y FFP3 de uso profesional, no se descarta incluirlas si fuese necesario.
Ley de oferta y demanda en el mercado sanitario
Los productos sanitarios tampoco se libran de la ley de la oferta y la demanda del mercado y por ello, dado el aumento de la demanda de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos y una oferta que se ha visto desbordada, los precios de estos han aumentado de manera muy notable desde el comienzo de la crisis del coronavirus.
Facua ya denunció casos en los que el precio de una mascarilla individual alcanzaba los 14 de euros. El ministerio de Consumo constató que mascarillas que antes de la pandemia se vendían por 60 céntimos, han alcanzado precios después de entre 15 y 20 euros.
Además, la entrada en el sector de proveedores no habituales de estos productos sanitarios, así como más competidores para lograr su adquisición (recordamos que son muchos los países intentando conseguir este tipo de productos en el mercado internacional) habrían ayudado también a disparar los precios y ahondar la especulación.
Por todo ello, el Gobierno ha decidido tomar cartas en el asunto y finalmente fijar un precio máximos para los productos sanitarios que hemos mencionado más arriba, de manera que estén disponibles para todo tipo de consumidor y, sobre todo, para aquellos que disponen de menos medios económicos.
Esta intervención de precios será la segunda que lleve a cabo el Gobierno durante la crisis, puesto que el pasado 30 de marzo ya prohibió el alza de los precios de los servicios funerarios con carácter retroactivo y con precio de referencia del 14 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma.
Controlar los precios tiene sus propios problemas
Sin embargo, controlar los precios de un producto de alta demanda puede conllevar una serie de problemas, aparte de lo complicado que es marcar un precio máximo de venta al público que debe tener en consideración a qué precio se están adquiriendo en el mercado dichos productos.
Por ejemplo, una de las posibles consecuencias de regular los precios es que podemos acabar comprando estos productos por un precio más alto del que tendrían habitualmente. Es decir, que aunque se marque un precio máximo para las mascarillas, si este precio, aunque menor de lo que ha podido alcanzar recientemente en las tiendas y farmacias, es superior al precio habitual de venta (esos 60 céntimos que mencionábamos antes), el consumidor seguirá pagando más por algo que normalmente cuesta menos.
La intervención en el precio de productos de alta demanda también conlleva el peligro de provocar el desabastecimiento de dichos productos en el país, principalmente porque los proveedores decidan que no les resulta beneficioso vender aquí, o porque al rebajar los precios de venta, se provoquen compras masivas que vuelvan a dejar el mercado local desabastecido.
Seguiremos atentos a la propuesta de precio máximo que salga de la Comisión que se reúne esta tarde para conocer finalmente en qué cuantía se marcará el importe de mascarillas, guantes de nitrilo y geles hidroalcohólicos y si su venta se asocia a la tarjeta sanitaria, como cuando compramos medicamentos con receta médica.