Aunque todavía no se habla de crisis ni gran recesión, el temor de que el coronavirus impacte en gran medida en la economía mundial ya está ahí. De momento, el BCE rebajará las previsiones de crecimiento de la eurozona.
Todavía está por ver cómo serán los efectos a corto y medio plazo que el coronavirus tendrá sobre la economía mundial en general y la europea en particular, con la infección extendiéndose día a día por varios países. Lo que sí parece es que tanto demanda como la oferta se están viendo ya afectadas por impacto del virus.
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reunirá el próximo 12 de marzo para analizar la situación económica de la eurozona, donde se prevé con bastante probabilidad que rebaje su anterior previsión de evolución de la economía para este año como consecuencia de los efectos que ya está provocando la infección del coronavirus.
Los expertos del BCE, apoyados por los correspondientes de los bancos centrales de la eurozona, están ultimando sus previsiones económicas de primavera para presentarlas al Consejo de Gobierno de la institución. Estas previsiones son la principal herramienta con la que se diseña la política monetaria.
Es cierto que todavía es pronto para cuantificar los efectos económicos de la propagación del coronavirus, dado que acaba de irrumpir en Europa, pero lo sí que se considera seguro dentro del BCE es que en todo caso serán negativos y que su intensidad dependerá de la duración de la enfermedad y el grado de globalización que alcance. Y que el crecimiento económico se va a ver influido a la baja por este motivo es algo que nadie discute.
Se espera con bastante seguridad el impacto negativo del coronavirus en la economía, pero se quiere mantener la cautela a la hora de hacer los cálculos sobre su alcance
La duración y la extensión del problema son la clave
La propia dispersión de las cifras que han estimado los bancos de inversión sobre el efecto económico del virus aconseja ser prudentes a las autoridades económicas y monetarias a la hora de evaluar dicho efecto.
Pero el BCE tiene claro que si la última previsión económica, hecha el mes de diciembre pasado, estimaba que, aun persistiendo los riesgos a la baja, estos eran menores que los que se preveían en otoño, ahora sucede lo contrario; los riesgos han empeorado desde el lado de la oferta y la demanda.
Es el sector del turismo el primero en estar notando las consecuencias inmediatas desatadas por la crisis del coronavirus, con las aerolíneas, las agencias de viaje y las cadenas hoteleras como principales sufridoras del descenso de clientes. Esto puede suponer, además, un descenso en el consumo y en la confianza de los consumidores, que puede quedar reflejado en los próximos índices. Como ejemplo que puede generalizarse, tenemos lo que está ocurriendo en Italia.
El suministro puede tener problemas
En cuanto al lado de la oferta, el cierre de China tiene repercusión en varios puntos de la cadena de valor y puede que se provoquen cortes en los suministros que impidan la producción de determinados bienes.
El Banco de España también publicará sus propios cálculos unos días después que la institución europea. Hay que tener en cuenta que lo hará a partir de la información suministrada al BCE, lo que implica un cierto desajuste sobre la realidad, puesto que no se podrá contar con los indicadores más cercanos en el tiempo.
La dependencia del turismo en España puede lastrar la previsión de crecimiento del país, si este se ve afectado por un descenso del mismo debido al coronavirus, sobre todo en la creación de empleo, junto al porcentaje de apertura al exterior que ha alcanzado la economía española.