La evasión fiscal es uno de los problemas a los que se enfrenta la economía a escala mundial. Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿Qué tipos de evasión de impuestos existen? ¿Cuáles son las diferencias entre evasión, fraude y elusión fiscal? Descúbrelo en este artículo.
¿Qué es la evasión fiscal?
La evasión fiscal se define como aquella acción ilícita que busca evitar el pago de impuestos u ocultar bienes e ingresos a las autoridades tributarias.
Los gobiernos de cada país imponen medidas para la recaudación de impuestos que todas las personas físicas o jurídicas están obligadas a cumplir.
La evasión fiscal supone un fraude de ley y además resulta muy perjudicial para el país, ya que por culpa de estas actitudes se crea una economía sumergida. Dicho de otro modo, existe más dinero del que se tributa, pero se encuentra oculto a las autoridades.
La evasión puede ser total o parcial. En ambos casos supone un acto ilegal que es penado por la ley y puede dar lugar a graves sanciones.
En los siguientes puntos vemos las causas que pueden llevar a estos actos ilícitos y las estrategias que suelen usar los evasores para evitar el pago de impuestos.
Causas de la evasión fiscal
Existen diferentes factores que favorecen la evasión de impuestos, generalmente relacionados con la arquitectura fiscal de los países. En concreto, algunas de las principales causas son:
- Elevada presión tributaria.
- Normativa laxa que no castiga las infracciones con la severidad necesaria.
- Paraísos fiscales con una estructura tributaria propicia para la economía sumergida (islas Caimán, Luxemburgo, etc).
- Organización irregular de los poderes de gobierno.
- Escaso nivel de educación entre la población.
- Normativa fiscal compleja y poco precisa.
- Aumento del precio de productos y servicios y descenso del valor del dinero (inflación).
- Proliferación de la economía irregular o informal (venta ambulante, trabajo doméstico, trabajadores sin contrato, etc).
- Escasa concienciación ciudadana acerca de la importancia de los recursos procedentes de los impuestos.
- Falta de eficacia recaudatoria de los organismo destinados al cobro de tributos.
- Presión a los gobiernos por parte de grandes compañías multinacionales.
- Sistema financiero complejo que favorece el movimiento y ocultación de dinero a través de métodos sofisticados.
- Aumento de los impuestos a la carta o tax rulings para atraer inversión de empresas nacionales e internacionales.
- Existencia de bienes intangibles, los cuáles resultan difíciles de valorar.
- Dificultad de las autoridades para vigilar y controlar las operaciones entre empresas multinacionales.
- Aumento de la economía digital, ausencia de unas directrices claras sobre los impuestos al comercio electrónico, bitcoins, publicidad en internet, etc.
Como vemos, los factores que pueden invitar al fraude fiscal son muchos y muy variados. Pero, como norma general siempre confluyen dos aspectos: la voluntad de defraudar y la ineficacia de los sistemas para evitarlo.
Elementos necesarios para su existencia
Para poder hablar de fraude fiscal se han de dar tres condiciones:
- Que haya una persona física o jurídica que lleve a cabo una actividad económica y esté obligada al pago de tributos al Estado por dicha actividad.
- Que dicha persona haya llevado a cabo acciones con el objetivo de ocultar bienes o ingresos para pagar menos impuestos.
- Que estas actividades sean ilícitas y vayan en contra de la normativa vigente.
Delitos fiscales derivados de la evasión
La evasión fiscal es un concepto general, pero existen muchos delitos derivados de ella.
- Ocultación de bienes: se produce cuando una persona no declara todos los bienes materiales que posee (casas, terrenos, etc).
- Ocultación de ingresos: consiste en ocultar parte de los ingresos obtenidos, ya sea a través del salario, venta de productos o servicios, etc.
- Subvenciones ilegales: adjudicarse subvenciones estatales de forma ilícita.
- Fraude en los gastos deducibles: por ejemplo, incluir gastos personales como gastos derivados de la actividad.
Clasificación de evasión fiscal
Los defraudadores de impuestos recurren a diferentes tácticas para reducir su carga fiscal de forma ilícita. ¿Cuáles son los métodos más comunes para ocultar bienes o ingresos a las autoridades estatales?
Infradeclaración de impuestos
En la gran mayoría de países, los impuestos van en relación con las ganancias obtenidas: a más ingresos más cantidad se debe pagar.
Por ello, para evitar el pago de tributos elevados, se oculta parte de los ingresos a las autoridades. Es decir, se declara a la Agencia Tributaria menos ganancias de las que en realidad se han obtenido.
Existen diversas maneras para ocultar esta información al fisco. Por ejemplo, en relación al Impuesto sobre el Patrimonio, una de las tácticas más empleadas es no declarar los activos financieros que se poseen en el extranjero.
También, en los últimos tiempos hemos visto muchos casos de futbolistas que no pagan los impuestos correspondientes a sus derechos de imagen o publicitarios.
Paraísos fiscales
Los paraísos fiscales son territorios que cuentan con leyes tributarias muy favorables para ciudadanos o empresas extranjeras. Suelen ser países muy pequeños en los que muchas grandes fortunas tienen sus ingresos a salvo de las leyes tributarias de sus respectivos países.
Son responsables de gran parte de la economía sumergida a nivel mundial. Algunos ejemplos son Panamá, las islas Caimán, Luxemburgo, Mónaco, San Marino o Bahamas.
Como dato, la evasión fiscal en España por culpa de los paraísos fiscales supera los 100.000 millones de euros.
Si hablamos de evasión fiscal internacional, los datos son todavía más alarmantes. Hay alrededor de 7 billones de euros ocultos en paraísos fiscales, lo cual representa casi el 10% del PIB mundial.
Designar a un testaferro
Un testaferro es aquella persona que presta su identidad como titular de un negocio o empresa. De esta manera, el testaferro es la imagen visible frente a las autoridades y ante otras empresas, cediendo su nombre, cuentas bancarias, siendo responsables de negocios, contratos, etc..
En principio, la figura del testaferro no es ilegal, siempre y cuando se informe sobre su identidad a las autoridades o no se utilice para realizar ninguna actividad ilegal. Pero designar a un testaferro también puede ser una manera de ocultarse frente a las autoridades, una manera de tener a alguien para encubrir las evasiones fiscales.
Fideicomiso o trust
Es una estrategia de evasión fiscal usada con bastante frecuencia. En ella, el propietario de la empresa cede un bien para que otro lo gestione en favor de terceras personas. De esta forma, se puede crear una especie de maraña de titulares, administradores y beneficiarios que puede dificultar el seguimiento de los movimientos del dinero.
Cambio del país de residencia
Otro de los motivos más habituales para caer en la evasión fiscal es cambiar el país de residencia a otro donde haya menor presión tributaria. No es algo que esté prohibido, pero sí es ilegal si la propia persona reconoce que lo ha hecho solo para pagar menos impuestos.
Es algo muy frecuente de ver en personas con importantes fortunas, caso de actores, futbolistas, grandes empresarios, etc.
¿En qué se diferencian la evasión fiscal, el fraude, y la elusión?
La evasión fiscal consiste en ocultar bienes o ingresos para reducir la carga tributaria a pagar, ya sea de forma parcial o total.
Por su parte, el fraude fiscal es aquel acto ilícito en el que una persona física o jurídica hace ver que está cumpliendo con la normativa tributaria, cuando en realidad está empleando mecanismo para ocultar el fraude y obtener un beneficio. Es decir, el fraude de ley se considera un tipo de evasión fiscal en el que la persona actúa con premeditación.
Por su parte, la elusión fiscal consiste en aprovecharse de las lagunas legales para pagar menos impuestos. Es una estrategia que se lleva a cabo a través de la investigación de vacíos legales o incongruencias de la ley, por lo que no representa un acto ilegal o ilícito.
La premeditación
La premeditación es el concepto clave para distinguir entre evasión fiscal y fraude fiscal.
La evasión fiscal no tiene por qué hacerse con premeditación. Es posible incluso que algunas personas cometan delitos de evasión fiscal sin saber que están incurriendo en ello. Eso sí, el desconocimiento de la norma no exime de su cumplimiento.
Sin embargo, para hablar de fraude fiscal es necesario que exista premeditación. Es decir, que la persona elabora estrategias de manera consciente para ocultar bienes o ingresos, pagar menos impuestos o, en definitiva, obtener un beneficios económico.
En el fraude fiscal existe la voluntad de engañar a las autoridades y de ocultar las infracciones bajo una falsa capa de buenas prácticas. En el caso de la evasión fiscal no tiene por qué ser así.
Los vacíos legales
Existen numerosos vacíos legales en las normativas fiscales de cada país. Y hay equipos de economistas y asesores encargados de encontrar estas lagunas en la legislación para que las empresas las utilicen en su propio beneficio. Esto es, para pagar menos impuestos.
En muchos casos, aprovecharse de los vacíos legales supone operar al borde de la legalidad, pero no significa que exista fraude o evasión, sino que se trataría de elusión fiscal.
Deben ser las autoridades tributarias del país quienes corrijan las lagunas legales o elaboren normativas fiscales más claras y precisas, para evitar que particulares o empresas se puedan aprovecharse de los errores o puertas abiertas que deja la legislación.
Ejemplos de casos de evasión de impuestos
Hay infinidad de ejemplos de evasión fiscal a lo largo y ancho del mundo, tanto por parte de empresas como de particulares.
Por ejemplo, la ONG ActionAid realizó una investigación sobre la cervecera SABMiller en la que, presuntamente, se descubrió una compleja trama de filiales en paraísos fiscales gracias a los cuáles la empresa no pagó ni un solo euro en tributos en su filial en Ghana. En total, se ahorró el pago de 21,5 millones de euros en impuestos. En el año 2019, esta misma empresa recibió una multa de las autoridades de Nueva Delhi por evasión fiscal tras una investigación que duró tres años.
Se podría decir que la mayoría de empresas multinacionales y poderosas recurren a algún tipo de artimaña para reducir su enorme carga fiscal. Uno de los casos más sonados fue el LuxLeaks que reveló como, presuntamente, más de 340 empresas habrían llegado a acuerdos con el gobierno de Luxemburgo para pagar menos impuestos.
Entre las empresas citadas por el informe del LuxLeaks figuraban algunas tan importantes como Disney, Skype, Koch, etc. Para añadir todavía más gravedad a la situación, el informe señala que las cuatro grandes consultoras a nivel mundial (Deloitte, KPMG, PwC y Ernst&Young) actuaron como intermediarias entre las compañías y el gobierno de Luxemburgo.
El problemas de la evasión y el fraude fiscal es que, como se suele decir, pagan justos por pecadores. Además, estas infracciones tienen consecuencias a todos los diferentes niveles. A nivel global, ya que casi el 10% de la economía mundial está sumergida; a nivel nacional, ya que afecta al desarrollo de las economía estatales; y por supuesto, a nivel particular y familiar, puesto que son los ciudadanos de a pie quienes, en última instancia, se ven afectados por estas prácticas.