No son pocas las grandes empresas que han implementado políticas de responsabilidad social corporativa, apostando por revertir en la sociedad parte de sus beneficios. Pero para poder desarrollar de forma adecuada estas políticas, es necesario contar con un plan de responsabilidad social corporativa que las articule y marque una serie de objetivos a conseguir en el ámbito social y medioambiental.
En esta entrada explicaremos qué es un programa de responsabilidad social corporativa y cómo elaborarlo.
¿Qué es el Plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC)?
El Plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es el documento que establece el marco ético y de conducta de la empresa y que recoge aquellas acciones que deberán llevarse a cabo dentro del ámbito de la responsabilidad social corporativa de la empresa.
A través del Plan RSC la empresa puede gestionar las acciones, compromisos y objetivos que se marca para contribuir en cuestiones y causas sociales y medioambientales, para mejorar el conjunto de la sociedad dentro de esos ámbitos. Es decir, es la guía o manual a seguir para reinvertir parte de los beneficios ganados en la sociedad y ayudar así a su mejora.
Este plan también debe incorporar las herramientas necesarias para poder evaluar el impacto y los resultados de las acciones llevadas a cabo.
Finalmente, el plan de responsabilidad social corporativa también debe ser el resultado del diálogo de las empresas con sus grupos de interés o stakeholders, pues las preocupaciones de estos deben traducirse, en gran parte, en los compromisos adquiridos por las compañías en material de RSC.
¿Por qué necesita tu empresa un Plan RSC?
Si estás pensando en adoptar políticas RSC, es imprescindible que para ello desarrolles antes un plan de responsabilidad social corporativa, puesto que, como decíamos, con él tendrás una guía que seguir, centrando las acciones en el área que más interese a tu empresa por su sector de actividad y a sus grupos de interés.
Además, gracias al Plan RSC se establecerá un calendario para llevar a cabo cada acción y se podrá evaluar el impacto y éxito de las mismas. E incluso usarlo como herramienta de comunicación tanto interna como externa, para dar a conocer las diferentes acciones sociales o medioambientales desarrolladas por la empresa.
Beneficios de contar con Plan de Responsabilidad Social Corporativa
Así mismo, contar con Plan de Responsabilidad Social Corporativa cuenta con los siguientes beneficios:
- Ayuda con el compliance, puesto que uno de los pilares de la RSC es precisamente el cumplimiento normativo y el respeto de la legalidad. En ese sentido ayuda a cumplir con leyes laborales, medioambientales, de igualdad de trato y oportunidades o de riesgos laborales, entre otras.
- Genera transparencia y eso mejora la imagen de la empresa, tanto entre los clientes y accionistas como en la sociedad en general.
- Ayuda a crear un mejor clima de trabajo, especialmente cuando incluye medidas orientadas a mejorar la conciliación laboral y personal y mejorar la calidad de vida de los empleados. Esto se traduce, por un lado, en trabajadores más motivados e identificados con los valores de la empresa, y por otro, en un aumento de la productividad.
- En línea con lo anterior, también favorece la atracción y retención del talento, reduciendo así la rotación de empleados.
- Reduce el impacto negativo de las operaciones de la empresa en la comunidad y el medioambiente y contribuye a mejorarlos.
Cómo elaborar un Plan de Responsabilidad Social Corporativa paso a paso
Ahora que ya sabemos qué es, veamos cómo elaborar un Plan de Responsabilidad Social Corporativa, que debe tener en cuenta los valores y cultura de la empresa, así como su estructura y organización y en el que es necesario la implicación de todos sus departamentos.
Análisis del punto de partida
Como ocurre con el plan de igualdad o el plan de compliance, el Plan RSC debe partir un análisis de situación, que sirve para determinar el punto de partida de la empresa en materia de RSC, puesto que nos servirá para definir los objetivos que se quieren conseguir con el Plan y lo que se necesita para lograrlos.
En el análisis se deben evaluar los problemas y necesidades que están presentes en la sociedad en general, pero con especial atención a aquellos que más preocupan a nuestros grupos de interés (empleados, clientes, accionistas, proveedores…), medir el impacto social y/o medioambiental que tiene la empresa y en qué medida, qué tipo de acciones llevan a cabo otras empresas de nuestro sector o referentes, así como evaluar las medidas de RSC realizadas en el pasado (si hemos hecho alguna).
Redacción de un Código de Conducta
Las conclusiones del análisis de situación deben servirnos para redactar el Código de Conducta de la empresa, en el que se recogerán los valores organizacionales de la empresa en el ámbito social, económico y medioambiental y las líneas maestras de actuación para contribuir a su mejora en el corto, medio y largo plazo.
El código de conducta debe permear toda la empresa, desde la dirección hasta los empleados, además de estar elaborado a través del diálogo tanto con estos como con el resto de grupos de interés. Al fin y al cabo, no se puede contribuir a la sociedad si no se tienen en cuenta, precisamente, los problemas presentes en ella y a los que las empresas pueden contribuir en reducir o mejorar.
Definición de objetivos
Del código de conducta deben salir los objetivos generales del Plan RSC; estos objetivos pueden dividirse en varios objetivos menores, que sean más fáciles de abarcar y alcanzar.
Ya lo hemos mencionado varias veces, pero estos objetivos deben incluir las preocupaciones e inquietudes de los grupos de interés, puesto que son reflejo de las necesidades de la sociedad en la que la empresa opera y dado que las medidas y acciones de RSC tienen como fin mejorar esa sociedad, revirtiendo en ella parte de los beneficios obtenidos, no puede ignorarse cómo la empresa y sus actividades afectan a estos grupos de interés ni las expectativas que pueden tener respecto a cómo debe actuar y comportarse la empresa o qué puede aportar para mejor su realidad.
Implantación y puesta en marcha del Plan RSC
Con el código de conducta y los objetivos elaborados y definidos, el siguiente paso es implantar y poner en marcha el Plan RSC. Para ello, habrá que designar responsables de las medidas que deben llevarse a cabo, destinar los recursos humanos y materiales que sean necesarios, así como establecer un calendario para la implantación y desarrollo de las acciones o medidas que se vayan a llevar a cabo.
Por ejemplo, si el plan estratégico RSC está centrado en ayudar a los pequeños productores y promover el comercio justo, se pondrán en marcha medidas destinadas a fomentar un precio justo por las materias primas, a la compra directa sin intermediarios, a la producción sostenible si además se tienen objetivos medioambientales, etc.
¿Cómo medir y evaluar el impacto? La importancia de los KPIs
El éxito o no de las medidas programadas en el plan de responsabilidad social corporativa solo pueden medirse y evaluarse estableciendo una serie de KPIs (indicadores clave) que permitan medir los resultados obtenidos por cada medida llevada a cabo.
Cada empresa podrá diseñar y elegir sus propios KPIs, que pueden ser tanto cuantitativos como cualitativos, pero que deben servir para poder recoger y medir el impacto de las medidas en la comunidad en la que se han llevado a cabo. Por ejemplo, se pueden realizar encuestas, estadísticas, etc.
Comunicación e implicación de la plantilla
Aunque la responsabilidad social corporativa parte desde el compromiso de la dirección, para su consecución es imperativo que se involucre toda la plantilla. Para ello es necesario que todos los empleados estén familiarizados con los valores y cultura de la empresa y se les hayan comunicado estos, así como el Plan RSC que la empresa tiene en marcha.
Habrá medidas que afecten directamente a la plantilla, por ejemplo, los planes de compliance penal o las políticas de igualdad y, por lo tanto, es importante que sepan qué se espera de ellos y qué normas de comportamiento deben seguir y cumplir.
Elabora una memoria
Es importante que al final de cada año o el período acordado en el Plan, se realice una memoria de responsabilidad social corporativa, en la que se recojan los objetivos logrados y el impacto generado en la sociedad con ellos.
Además, esta memoria RSC servirá también como herramienta de comunicación externa, puesto que a través de ella podremos dar a conocer nuestro compromiso con la sociedad y el medioambiente y aquellas acciones que hemos desarrollado y llevado a cabo para darle cumplimiento.
Ejemplos de planes de responsabilidad social corporativa
Cada día son más las empresas que implementan y realizan planes de responsabilidad social corporativa, puesto que es la mejor herramienta para poder llevar a cabo acciones destinadas a mejorar el entorno social y medioambiental de la empresa, tanto inmediato como a nivel más global. Además de mejorar la imagen y reputación de la empresa.
Así, son ejemplos de Plan de RSC las campañas de Ponle Freno o Constantes y Vitales de Atresmedia y la Sexta, como lo es la campaña 12 meses, 12 causas de Mediaset. O la iniciativa Universo y Mujer de Iberdrola para potenciar e impulsar el deporte femenino en España.
Otros ejemplos de responsabilidad social corporativa son las Becas Santander Women con las que se potencia el liderazgo femenino en empresas. O los programas destinados a fomentar la conciliación laboral y personal de los empleados de cualquier empresa.
Las donaciones a ONGs, como las llevadas a cabo por Mercadona o Inditex dentro de sus planes RSC. También la incorporación a The Climate Pledge para alcanzar las emisiones neutras de carbono en 2040, del que actualmente forman parte más de 100 empresas.
Grandes o pequeñas, prácticamente cualquier empresa puede contribuir a la mejora de la sociedad, destinando una parte de sus beneficios a reinvertir en dicha sociedad, promoviendo acciones que ayuden a mejorar su entorno; pueden ser acciones a pequeña escala en el caso de las pymes, como llevar a cabo una gestión de residuos más eficiente, apostando por el reciclaje, o programas más ambiciosos en el caso de las grandes empresas.
En cualquier caso, un Plan de Responsabilidad Social Corporativa es la mejor herramienta para poder desempeñar de forma adecuada este tipo de acciones, puesto que, como hemos visto, permite conocer las necesidades e inquietudes de los grupos de interés, integrarlas en el plan y los objetivos a conseguir y realizarlas de forma ordenada, midiendo y evaluando su impacto y resultados.