¿Cuáles son los objetivos del Plan de Igualdad? ¿Qué metas deben intentar alcanzar las empresas obligadas a realizarlo? En este artículo profundizamos sobre estas cuestiones para que tengas más claras las pautas y criterios que has de seguir a la hora de elaborar tu plan.

Objetivos generales del Plan de Igualdad

Entre los principales objetivos de un Plan de Igualdad están el conseguir la igualdad de trato entre hombres y mujeres en la empresa, facilitar la incorporación de la mujer a los puestos de trabajo y el uso de un lenguaje no sexista en las comunicaciones internas y externas.

En cualquier caso, se han de distinguir dos tipos de objetivos de los planes de igualdad. Por un lado están los objetivos generales, que son aquellos que se han de ir cumpliendo a lo largo del tiempo de vigencia del Plan. Por otro, los objetivos específicos son metas más concretas que contribuyen al cumplimiento de esos objetivos generales.

Los objetivos generales se han de determinar en función de los resultados de la fase de Diagnóstico de situación. Por tanto, cada empresa ha de poner énfasis en unas u otras metas en base al análisis realizado durante esta fase. Los objetivos generales se pueden clasificar en tres grandes grupos, que pasamos a ver a continuación.

Igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres 

Es, quizá, el objetivo más evidente. Se trata de conseguir que mujeres y hombres cuenten con el mismo trato y las mismas oportunidades dentro de la empresa. Esto abarca todas las áreas y procesos de la empresa: fases de selección, promoción interna, conciliación de la vida laboral y familiar, igualdad salarial, etc. En definitiva, que mujeres y hombres disfruten de las mismas oportunidades en base a su formación, experiencia, conocimientos o habilidades, sin que exista ninguna discriminación por razón de sexo.

Transversalidad de género en la empresa

Este objetivo busca conseguir que la perspectiva de género se instaure de manera sólida en todas las áreas de la empresa, y que pase a formar parte de la cultura organizacional de la compañía. Todos los procesos de toma de decisiones en la empresa han de apoyarse en esta perspectiva de género, de forma que se proyecte una imagen de igualdad tanto en el seno de la empresa como de cara al exterior.

Crear criterios homogéneos de igualdad y perspectiva de género

Otro de los objetivos del Plan de Igualdad ha de ser la creación de criterios homogéneos en la empresa a la hora de aplicar políticas y protocolos que garanticen la igualdad y la perspectiva de género. En este sentido, este proceso de homogeneización debe ir desde la dirección de la empresa hasta sus diferentes áreas, llegando hasta el último de los trabajadores.

Esta homogeneización de criterios es básica a la hora de definir pautas y líneas de actuación, de manera que toda la empresa sepa en qué dirección han de ir cada una de sus acciones o actuaciones.

Objetivos específicos del Plan de Igualdad

Los objetivos específicos son todas aquellas actuaciones encaminadas a alcanzar las metas generales que ya hemos citado. Estos objetivos pueden ser muchos y muy variados. Veamos algunos de los más importantes.

Igualdad salarial

Este objetivo del Plan de Igualdad busca que mujeres y hombres reciban la misma retribución salarial por trabajo de igual valor. Es decir, se trata de eliminar la brecha salarial en aquellas áreas donde se hayan detectado diferencias retributivas entre sexos.

Una de las medidas para garantizar la igualdad es realizar una auditoría retributiva que muestre las desigualdades salariales y permita tomar las medidas necesarias para erradicarlas.

Conciliación de la vida laboral y familiar

Debe implantarse medidas que permitan la conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores y trabajadoras, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno y las circunstancias particulares del sexo femenino.

Acceso a puestos de trabajo y promoción interna

Desde el área de recursos humanos se deben poner en marcha procesos de selección que no discriminen a ningún sexo, y que tengan en cuenta exclusivamente la formación, experiencia o valía profesional de los candidatos.

Del mismo modo, se han de implantar políticas que traten de romper con el llamado “techo de cristal”, esto es, la dificultad de las mujeres para acceder a puestos directivos.

Perspectiva de género en la salud laboral

La igualdad de género también pasa por adquirir una perspectiva de género en materia de salud laboral. Los riesgos de salud y seguridad en el trabajo que afrontar mujeres y hombres no tienen por qué ser los mismos. Por ejemplo, está el ejemplo de las necesidades particulares de las mujeres embarazadas. Por ello, se deben poner en marcha planes de prevención de riesgos laborales que respondan a las necesidades específicas de cada trabajador, atendiendo a cuestiones como el área de trabajo o el género.

Promover acciones para promover la igualdad y evaluarlas

Se han de desarrollar acciones y actuaciones encaminadas a promover la igualdad entre mujeres y hombres en toda la empresa. Sin embargo, esto no sirve de nada si no se realiza un seguimiento y evaluación de la implantación de estas medidas. La evaluación se puede llevar a cabo mediante el seguimiento de KPIs, cuestionarios o entrevistas al personal.

Lenguaje y comunicación no sexista

Se debe erradicar el uso de un lenguaje que caiga en el sexismo. La comunicación interna y externa de la empresa ha de evitar el uso de expresiones basadas en tradicionales estereotipos o roles que inciden en la desigualdad o en la diferente consideración entre mujeres y hombres. Esto es aplicable a todos los comunicados y documentos de la empresa.

¿Qué objetivos debe cumplir mi Plan de Igualdad?

No todas las empresas tienen las mismas carencias en cuestión de igualdad y, por tanto, no todas han de establecer los mismos objetivos.

En este sentido, resulta fundamental realizar un diagnóstico de situación profundo que permita detectar las deficiencias en materia de igualdad en la empresa.

En base a este diagnóstico de situación, se decidirán una serie de medidas a implantar para subsanar estas carencias. Estas medidas han de ser implementadas en la empresa siguiendo unas determinadas líneas de actuación, y dentro de las fechas propuestas.

En definitiva, del diagnóstico de situación se extraerán los objetivos generales del Plan de Igualdad, así como las metas específicas y las acciones encaminadas a cumplir estos objetivos generales.

¿Cómo saber si el Plan de Igualdad está cumpliendo los objetivos propuestos?

Una vez que las medidas se han implantado de forma práctica en la empresa es necesario realizar una evaluación de dichas medidas, para comprobar si se están cumpliendo los objetivos propuestos. En función del resultado de esta evaluación se pueden eliminar, atenuar, impulsar o modificar estas medidas.

Para ello, se deben comparar los indicadores o KPIs obtenidos durante la fase de diagnóstico con los resultados después de implantar las medidas. Además de los indicadores cuantitativos (por ejemplo, el salario medio por sexos y categoría profesional), la fase de evaluación también se puede apoyar en información cualitativa obtenida del personal de la empresa, por ejemplo a través de entrevistas o cuestionarios.

Esta fase de evaluación es imprescindible para saber si se están cumpliendo los objetivos del Plan de Igualdad, y ha de realizarse al menos dos veces durante su vigencia, una en una fase intermedia de su desarrollo, y otra al término del plan.