Uno de los principales indicadores de la desigualdad laboral entre hombres y mujeres lo encontramos en la denominada brecha salarial, pero ¿qué se entiende por brecha salarial exactamente? ¿Es real? Y en ese caso, ¿cómo se puede corregir?

¿Qué es la brecha salarial?

La brecha salarial es la diferencia que existe entre el salario medio de los hombres y el de las mujeres, expresado como porcentaje del salario medio de los hombres. Es decir, es lo que gana de menos una mujer de media respecto a lo que gana un hombre de media.

Se entiende que existe brecha salarial cuando el trabajo que desempeña un hombre y una mujeres tiene el mismo valor, pero no está retribuido de de la mismas forma.

¿Existe la brecha salarial entre hombres y mujeres en España? Estos son los datos

El hecho de que haya sido necesario aprobar un Real Decreto-ley en 2019 para asegurar la igualdad retributiva entre mujeres y hombres, así como una ley de igualdad salarial a través del Real Decreto 902/2020, de 13 octubre, debería darnos ya respuesta suficiente a la pregunta de si hay brecha salarial en España.

Sí, en España existe una brecha salarial entre hombres y mujeres, cuyos últimos datos nos dicen que las mujeres cobran un 23% menos que los hombres en el salario bruto (17% menos si nos vamos al dato de salario por hora).

Ahora bien, dado que las causas detrás de la brecha salarial son varias, como veremos a continuación, también hay una corriente dice que realmente no existe una brecha salarial en el mundo laboral, sino causas socio-culturales que provocan que las mujeres tengan salarios más bajos (reducción de jornada por cuidado de los hijos, interrupciones de la carrera laboral, dificultad de acceso a determinados trabajos masculinizados o puestos directivos, etc.).

En cualquier caso, se mire con la perspectiva con la que se mire, la diferencia salarial entre hombres y mujeres está ahí, tal y como indican los datos, tanto a nivel nacional como internacional; de acuerdo con datos de la UE, las mujeres trabajadores dentro de la Unión ganan un 16% menos por hora media que los hombres, mientras que la ONU pone la cifra en un 23% en todo el mundo.

Causas de la brecha salarial de género

Como decíamos, hay diferentes causas detrás de la brecha salarial de género, muchas de ellas de carácter socio-cultural, cuyo cambio o eliminación exigen mucho más que normativas laborales y que pasarían por la educación, la sensibilización y la formación en igualdad.
 

A continuación vamos a ver algunas de las causas que más peso tienen en la generación de la brecha salarial:

  • En torno al 30% de la brecha salarial se puede explicar porque muchas mujeres trabajan dentro de sectores con salarios relativamente bajos, como la educación, los cuidados, el ámbito social o las ventas. Los trabajos con retribuciones salariales más altas todavía tienen una mayor presencia masculina que femenina (ingenierías, TIC, ciencia, etc.).
  • La menor presencia actualmente de mujeres en puesto ejecutivos también explica esta brecha salarial, puesto que los cargos de responsabilidad y alta dirección estar mejor remunerados. Así, menos de 6,9% de los CEO de las principales empresas son mujeres. En los Consejos de Administración de las empresas que forman parte del IBEX 35, solo el 22% son mujeres.
  • Las interrupciones profesionales se llevan a cabo mayoritariamente por mujeres y esto afecta directamente a sus salarios. Lo habitual es que cuando las mujeres se quedan fuera del entorno salarial, pierdan en torno al 2% del salario. Además, a esto se suma que muchas mujeres piden una reducción de jornada tras reincorporarse de una baja de maternidad, lo que influye directamente en el salario y en su progresión profesional.

¿Qué medidas pueden tomar las empresas para reducir la brecha salarial?

Para cumplir con el concepto de igualdad de género que promulga la Ley de Igualdad, es necesario aplicar medidas que contribuyan a reducir y eliminar la brecha salarial.

Debemos tener en cuenta que cuando hablamos de salarios base, no existe realmente una brecha salarial, no puede hacerlo, porque iría contra el principio de igualdad y no discriminación recogido en la Constitución, sin embargo, los salarios llevan consigo otros complementos en los que sí se pueden producir diferencias.

Por ello se hacen necesarias medidas como el registro salarial obligatorio y la auditoría salarial, que obligan a los empresarios a informar del salario de todos sus trabajadores, desagregados por sexos y puesto en relación con grupo o categoría profesional, nivel de responsabilidad, formación, etc. Gracias al registro y la auditoría es posible determinar si existe una brecha salarial real dentro de la empresa y poder, en consecuencia, tomar las medidas necesarias para corregirla.

También dentro de las medidas promovidas por las leyes está la implantación de los planes de igualdad en empresas de más de 50 trabajadores. Estos planes recogen los registros salariales, pero también otras formas de promover la igualdad entre mujeres y hombres, como el acceso a los cargos de dirección, la promoción o la contratación.

Otra medida, fuera ya del ámbito legal, será la creación de puestos de trabajo de calidad, es decir, posiciones que tengan en cuenta la conciliación laboral y familiar, tanto para mujeres como para hombres, de manera que contribuyan a atraer a más trabajadores, pero también a retener ese talento.

Y como ya dijimos, la educación juega un papel importante, no solo a la hora fomentar determinadas carreras tradicionalmente entre las niñas (tenemos el ejemplo de las STEM), sino también a la hora de educar en igualdad, en que si se cumplen las mismas funciones, la valoración debe ser la misma.

En conclusión, podemos decir que la brecha salarial es el síntoma de algo mucho más complejo, de una situación socio-cultural que se debe ir corrigiendo a través de diferentes frentes, donde las leyes juegan un papel importante, pero también lo hace la educación y la concienciación de la sociedad.

La igualdad de género es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU y la igualdad salarial es una parte esencial del mismo; sin intervención de los estados con medidas que lo fomenten, se tardaría 70 años en lograr el objetivo, por ello, las medidas promovidas por los gobiernos a través de normativas legislativas son fundamentales para reducir la brecha salarial.