Una de las claves para avanzar en materia de igualdad es poner en marcha acciones positivas que refuercen actitudes de respeto y consideración hacia otros grupos sociales. En este artículo vemos cuáles son las características de estas acciones positivas y algunos ejemplos de cómo aplicarlas en las empresas.

¿Qué son las acciones positivas en igualdad?

Las acciones positivas en igualdad consisten en estrategias temporales encaminadas a eliminar aquellas actitudes o comportamientos que discriminan o minusvaloran a determinados grupos sociales en función de su edad, sexo, raza, religión y otros factores.

Aplicado al mundo empresarial, estas acciones se centran en eliminar las desigualdades que existen entre las condiciones laborales de los diferentes grupos de trabajadores, principalmente entre hombres y mujeres,

Un ejemplo de promoción de estas acciones positivas ha sido la obligación por parte del gobierno de que las empresas con más de 50 trabajadores elaboren un Plan de Igualdad para avanzar hacia la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.

Una acción positiva en igualdad se entiende desde una doble vertiente. Por un lado, busca modificar la situación de determinado grupo social o laboral desfavorecido. Por otro, pone en marcha acciones y mecanismos concretos para eliminar dicha discriminación.

Características

Las principales características de las acciones positivas son las siguientes:

  • Son temporales: solo se aplican mientras exista algún tipo de discriminación. En el momento en que esta desigualdad desaparece dejan de aplicarse.
  • Son colectivas: no se trata de acciones individuales o aisladas por parte de un individuo, sino que se impulsan de forma global dentro de una empresa, un entorno concreto o en el total de la sociedad.
  • Buscan la igualdad: su meta en el ámbito empresarial es acabar con las desigualdades entre hombres y mujeres, pero sin suponer un menoscabo de los derechos del colectivo dominante, en este caso los hombres, salvo aquellos privilegios que hubieran obtenido como motivo de la discriminación hacia el sexo contrario.
  • Son concretas: consisten en acciones específicas, que se aplican de forma directa y que tienen un objetivo concreto.
  • Son flexibles: las acciones positivas no son fijas e inamovibles, sino que se pueden modificar con el tiempo en base a los resultados que están obteniendo.

Normativa aplicable

En la normativa española existen diversas leyes y artículos que abogan por la realización de acciones positivas en favor de la igualdad. Algunos de estos artículos los podemos encontrar en la Constitución Española, el Estatuto de los Trabajadores o en la Ley Orgánica para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

Constitución Española

El artículo 1.1. de la CE señala que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político“.

Asimismo, el artículo 9.2 de la CE indica que “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social

Estatuto de los trabajadores

El artículo 4.2 del ET afirma que los trabajadores no pueden ser discriminados para el empleo o una vez empleados “por razones de sexo, estado civil, por la edad dentro de los límites marcados por esta Ley, raza, condición social, ideas religiosas o políticas, afiliación o no a un sindicato, así como por razón de lengua, dentro del Estado español“. Y añade que “tampoco podrán ser discriminados por razón de disminuciones físicas, psíquicas y sensoriales, siempre que se hallasen en condiciones de aptitud para desempeñar el trabajo o empleo de que se trate“.

Ley Orgánica 3/2007

El artículo 11 de la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres dice que “con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional de la igualdad, los Poderes Públicos adoptarán medidas específicas en favor de las mujeres para corregir situaciones patentes de desigualdad de hecho respecto de los hombres. Tales medidas, que serán aplicables en tanto subsistan dichas situaciones, habrán de ser razonables y proporcionadas en relación con el objetivo perseguido en cada caso“.

A su vez, añade que “las personas físicas y jurídicas privadas también podrán adoptar este tipo de medidas en los términos establecidos en la presente Ley“.

Objetivos al promover acciones positivas en la empresa

La puesta en marcha de acciones positivas en la empresa tiene como objetivo la consecución de una serie de fines:

  • Eliminar aquellos obstáculos que impiden alcanzar una igualdad real entre hombres y mujeres, tanto a nivel normativo como a nivel de costumbres.
  • Fomentar la participación del género femenino en áreas o sectores en los que hasta el momento ha sido excluido.
  • Erradicar aquellos efectos negativos que ha provocado la discriminación laboral de las mujeres a lo largo del tiempo.
  • Promover actitudes de igualdad en la empresa y formar a directivos y trabajadores en la materia.

Diferencia entre medidas y programas de acción positiva

Cuando hablamos de acciones positivas, se puede distinguir entre programas y medidas:

  • Medidas de acción positiva: son actuaciones temporales destinadas a la eliminación de alguna desigualdad o discriminación concreta a corto plazo.
  • Programas de acción positiva: son planes de actuación más complejos y que se elaboran a medio y largo plazo, cuyo objetivo es conseguir la igualdad entre hombres y mujeres a un nivel más profundo y global.

Ejemplos de acciones positivas

¿Qué acciones positivas puede poner en marcha una empresa para promover la igualdad laboral entre hombres y mujeres?  continuación te mostramos algunos ejemplos:

  • Incluir en la orden del día o en las reuniones de empresa el tema de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, con el fin de tratar este aspecto de forma regular y periódica.
  • Usar los canales internos de la empresa para desarrollar y distribuir entre los empleados folletos y circulares con información relacionada con temas de igualdad.
  • Formar al personal directivo y al resto trabajadores para que entiendan su responsabilidad en la consecución de los objetivos en materia de igualdad.
  • Evitar el lenguaje sexista en la publicación de ofertas de trabajo, o la discriminación entre hombres y mujeres a la hora de acceder al puesto.
  • Fomentar voluntariamente la llegada de mujeres a aquellos puestos de trabajo en los que son minoría.
  • Garantizar que las pruebas de selección solo evalúen la capacidad de los aspirantes al puesto y que no existen sesgos en virtud del género.
  • Determinar las formas de contratación a través de la negociación colectiva, poniendo especial énfasis en evitar la feminización en la contratación para los puestos más precarios o de menor responsabilidad.
  • Utilizar las publicaciones internas o externas para difundir los beneficios de la contratación de mujeres en aquellas profesiones o áreas en las que tienen menor participación.
  • Realizar contratos de sustitución en caso de permisos o excedencias en los que se garantice que si la persona sustituida es una mujer, la sustituta también sea de género femenino.
  • Poner en marcha medidas de contratación en las que, a igual capacidad o aptitud, pueda acceder al puesto aquella persona cuyo género o grupo social tiene menos representación en la empresa.
  • Evitar que el trabajo a tiempo parcial se convierta en un requisito o forma prioritaria de acceso de la mujer a los puesto de trabajo.
  • Fomentar procesos de promoción igualitarios y no sexistas.
  • Desarrollar cursos de formación y mejora en horarios en los que puedan acudir aquellas mujeres trabajadoras que tengan que hacer frente a responsabilidades familiares.
  • Revisar los sistemas para evaluar la clasificación o categoría profesional para asegurarse de que no existe ninguna distinción entre géneros.
  • Establecer criterios que garanticen la igualdad retributiva entre hombres y mujeres para trabajos de igual valor.
  • Aplicar medidas para eliminar el llamado “techo de cristal”, esto es, la dificultad de las mujeres para llegar a puestos directivos.

Estas son solo algunas de las acciones positivas que las empresas pueden fomentar para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. El objetivo último es crear un entorno laboral más justo, y que esta igualdad se haga extensible a todas las áreas de la sociedad.